1 de cada 3 mujeres con discapacidad no ha ido nunca al ginecólogo

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28/05/2023 - 12:00
Mujer en el ginecólogo

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Las mujeres con discapacidad también necesitan ir al ginecólogo. Son mujeres que menstrúan, que están en riesgo de tener cáncer de mama o de útero, pueden tener endometriosis o el virus del papiloma humano. Y es que, es vergonzoso pararse a analizar el resultado del nuevo ‘Estudio de realidad y necesidades en materia de salud ginecológica de las mujeres con discapacidad intelectual y/o del desarrollo’, una investigación llevada a cabo entre la Universidad Autónoma de Madrid y la organización Plena Inclusión para evaluar el acceso de las mujeres con discapacidad intelectual y de desarrollo a la salud ginecológica.

El acceso al ginecólogo es bastante deficiente y muestra datos muy preocupantes, lo que pone de manifiesto la necesidad de diseñar un plan específico para mejorar esta situación.

Pocas o ninguna revisión ginecológica

Con cierta frecuencia, total impunidad y silencio, la mujer con discapacidad es desatendida, llegando a ser esterilizada, cosa que un examen riguroso y a tiempo que detecte miomas y quistes antes de que se incrementen de tamaño o se hagan cancerosos, podría haber evitado.

Aunque parezca evidente, es esencial reconocer los derechos sanitarios para las personas con discapacidad, en especial, para las mujeres. Derechos entre los que incluiría una sanidad accesible para todos y todas, además de un mínimo tratamiento humano.

Se necesitan más recursos, financiación específica para que se les garantice, de verdad, su derecho a la salud. De lo contrario, se compromete, no solo el derecho a la salud, también su derecho a la maternidad y el derecho a entender el mundo. El tema de la maternidad entre las mujeres con discapacidad sigue siendo un tema muy controvertido, hay mucha resistencia por parte de las familias a que las mujeres con discapacidad intelectual se queden embarazadas. Existe la idea errónea de que si no se pueden cuidar a sí mismas cómo van a cuidar de otros, y eso no es verdad, porque muchas de ellas acaban siendo cuidadores de sobrinos, padres… ¿por qué no van a poder cuidar a un hijo? Necesitarán apoyo y ayuda como todas las madres del mundo, pero a ellas siempre se les achaca que toda la ayuda que necesitan es por su discapacidad.

A las mujeres con discapacidad hay que apoyarlas y formarlas, no simplemente anular una parte de su vida

La investigación de la que hoy nos hacemos eco partió de dos encuestas distribuidas por Plena Inclusión Madrid a sus entidades federadas y dirigidas a mujeres con discapacidad intelectual o del desarrollo y a sus familias, con el fin de conocer la situación de salud ginecológica del colectivo en la Comunidad de Madrid.

De las casi 400 personas que respondieron los cuestionarios, con 57 y 59 preguntas respectivamente, casi el 80 % fueron mujeres con discapacidad lo que, en comparación, indica una baja participación de las familias.

Como decíamos, según sus resultados, un tercio de las mujeres con discapacidad intelectual no ha acudido nunca al ginecólogo, y existen varias causas detrás de este fenómeno. Al miedo y la vergüenza se unen la creencia de que no es necesario para ellas o de que sus familias o tutores legales no lo permitirán.

Estos motivos son en su mayoría compartidos por los familiares encuestados, que añaden como explicaciones la no derivación por parte de Atención Primaria y la falta de recursos adecuados a las condiciones de las mujeres con discapacidad intelectual y/o del desarrollo.

En el ámbito de la salud y la higiene personal, destaca el hecho de que solo el 6 % de las mujeres con discapacidad intelectual encuestadas afirma elegir ella misma el producto que utiliza durante su menstruación de entre aquellos que encuentra en su hogar.

En general, las responsables de esta elección son las familias en el 72 % de los casos y el o la profesional del centro de atención en otro 6 %.

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