Greenpeace busca un modelo de energía sostenible mucho más participativo para España

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24/02/2021 - 19:30
Plataforma de energía sostenible

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Greenpeace plantea un nuevo decálogo centrado en la transformación integral del mercado eléctrico mayorista y que sirva de apoyo para un sistema eléctrico eficiente, flexible, 100 % renovable y abierto a la participación ciudadana.

La apuesta de Greenpeace por un nuevo modelo de energía sostenible

El Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico ha llevado a cabo la primera subasta de renovables durante esta semana. Raquel Montón, responsable de la campaña de Energía de Greenpeace señala sobre el modelo de las energías renovables que “la subasta ha demostrado lo que llevamos años reiterando: que las renovables abaratan el precio del mercado, que las inversiones en renovables pueden llegar mucho más lejos y que el oligopolio no es, ni debe ser, el único y principal actor en el sistema. Debemos ir más allá y transformar el mercado eléctrico mayorista para alcanzar la electrificación sostenible y universal”.

Para que esta propuesta de la organización sea una realidad sugieren aplicar los siguientes puntos:

No financiar la destrucción del planeta y las personas

Greenpeace propone acabar con cualquier tipo de subvención que reciba la energía nuclear y los combustibles fósiles. La propuesta de la organización internacional es cambiar de fósiles y nucleares a renovables.

La finalidad de la organización es que se apueste por la eficiencia y las soluciones inteligentes que aseguren una transición justa en la UE antes de 2040 para trabajadores y comunidades que actualmente dependen de las energías contaminantes.

La energía debe ser un derecho. Llegando a toda la población en igualdad, desaparecerán los actuales desequilibrios. Greenpeace coloca en el centro, el derecho a una energía limpia y accesible.

Las políticas públicas deben garantizar que se satisfacen de la manera más eficiente y sostenible posible las necesidades de la sociedad, especialmente las de las poblaciones más vulnerables, en lo referido tanto al cambio climático como a los cambios profundos de transición energética.

Desde esta organización, se defiende que además de contar con las empresas privadas para favorecer este cambio, la sociedad civil también debe estar convocada.

Dejar de engordar la energía y empezar a mantenerla

La energía debe ser sostenible en el tiempo. Para ello la organización propone una nueva visión en el sistema socioeconómico de la búsqueda del crecimiento indefinido hacia la prosperidad, la sostenibilidad y la equidad.

Incluir los costes de los impactos del sistema energético actual

Reorganizar los costes actuales de la energía, para que sean los propios agentes implicados, los que asuman el pago de la huella por un uso deficiente, donde la sociedad y el medio ambiente sale perjudicado.

Corregir el debe y el haber del sistema eléctrico

En este punto del decálogo, Greenpeace apunta que es necesaria una auditoría de los costes regulados. Señala que hay que aplicar el principio de “quien contamina paga” y “quien más consume más paga”.

Garantizar que la descarbonización es un objetivo

Hay que garantizar la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero a la mayor brevedad. Solo así se podrá evitar que sigan causando graves impactos en pérdida de biodiversidad, riesgo para la salud e injusticia social y climática.

Valorar el papel del sistema eléctrico

Tal y como está contemplado actualmente, el valor del sistema eléctrico está asociado al espacio y al tiempo de generación.

La organización internacional vela por el carácter social de la energía y en este punto señala que, la electricidad puede contribuir a la mitigación del cambio climático, a la reducción de la contaminación, a la creación de empleos adecuados, a la cobertura de las necesidades básicas y a la habilitación de la actividad económica.

Usar este decálogo para activar procesos de energía sostenible

El mercado de la electricidad debe recuperar el coste de la inversión en renovables y garantizar precios amables a la ciudadanía.

Según Greenpeace hay que tener en cuenta el valor, el coste y el precio de la electricidad.

Toda la ciudadanía debe ser parte del sistema eléctrico

La organización rechaza el mercado de los oligopolios y señala que la población debe tener derecho a la participación en todas las actividades del sistema eléctrico.

Además, la población debe tener herramientas para garantizar este derecho. La organización señala que la normativa debe ser flexible.

Una transición energética que incluya a todos y a todas

Hay que potenciar el ahorro de energía y la participación activa de la población en esta estrategia por la energía sostenible.

Señala la organización que se debe realizar una distribución de la energía en equidad, realizando un balance entre emisiones y reparto energético y potenciando el uso de la sostenible.

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