Las causas del aumento del hambre por el Covid-19

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25/10/2021 - 13:41
 El Covid-19 ha provocado que aumente el hambre en el mundo. Foto: @theinnervizion en Unsplash

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El cambio climático, los conflictos y las consecuencias de la pandemia han provocado un preocupante aumento de las cifras del hambre a nivel mundial. Según Naciones Unidas, cerca de 811 millones de personas pasan hambre en el mundo. Casi el 12 % de la pobla­ción mundial sufrió alimentaria grave en 2020, 118 millones de personas más que en 2019, según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), lo que pone de relieve la dificultad para alcanzar el reto de erradicar la inseguridad alimentaria (ODS 2) para 2030.

Las causas del hambre en el mundo

La crisis climática contribuye al hambre en el mundo por la degradación de los recursos naturales y su impacto en la producción de alimentos o el desplazamiento forzoso de poblaciones de las zonas más afectadas, tal y como recuerda Acción contra el hambre, que también añade como causa los conflictos por el impacto que tiene la violencia en la se­guridad alimentaria con el máximo exponente en el uso del hambre como arma de guerra. La crisis sanitaria y socioeconómica desatada por la COVID-19 también ha impactado en los sistemas alimentarios de todo el mundo.

El hambre corroe las capacidades de las poblaciones más vulnerables, generando exclusión y llevando a un retroceso en cuanto a los avances conseguidos. Así, la inseguridad alimentaria, ya en aumento desde 2014, se ha disparado en el último año.

La desnutrición representa un obstáculo devastador para el desarrollo cognitivo y físico de niños y niñas, impidiéndoles alcanzar su pleno potencial. También conlleva enormes pérdidas económicas. La nutrición es, por tanto, una cuestión tanto de derechos humanos como económica y política.

La crisis climática está representada por fenómenos dañinos como olas de calor, sequías, huracanes o inundaciones, y es una de las principales causas de crisis alimentarias, ya que tiene un impacto directo en los medios de vida de las poblaciones locales. El aumento e intensidad de estos fenómenos naturales perturba los ciclos de cultivo, acelera la desertificación, esteriliza los suelos, reduce el acceso al agua y a la producción agrícola.

¿Cómo afectan los conflictos armados?

Los conflictos siguen siendo el factor más importante para la generación de inseguridad alimentaria severa, que la sufren 99 millones de personas, un 50 % más que el año anterior.

La violencia, las guerras y los conflictos provocan desplazamientos masivos de población, obligando a millones de personas a abandonar sus hogares y posesiones, a veces sus familias, en busca de refugio y protección.

Según ACNUR, más de 82,4 millones de personas en todo el mundo se han visto obligadas a huir de sus hogares. Entre ellas hay 26,4 millones de refugiados, de los cuales más de la mitad son menores de 18 años.

Si observamos los epicentros del hambre en el mundo (Yemen, Siria, Irak, Sahel, Sudán del Sur, Afganistán, Somalia), coinciden claramente con los principales focos de conflicto.

Acción Contra el Hambre recuerda que la violencia y los conflictos afectan cada vez más directamente al personal humanitario: en lo que llevamos de año, 361 trabajadores humanitarios han sido asesinados, heridos o secuestrados en diferentes lugares del mundo.

6 de cada 10 personas con hambre en el mundo vive en un país en conflicto.

Tres cuartas partes de estos conflictos están relacionados con la inseguridad alimentaria.

¿Cómo afecta la pandemia?

Según la ONG, el virus ha atacado a la alimentación desde distintos frentes a la vez. El confinamiento de casi la mitad de la población mundial ha puesto en jaque a 2000 millones de trabajadores informales, según la OIT, que dependen de su actividad diaria para poder comer en países como Perú, en India o en Filipinas.

Asimismo el cierre de fronteras y la ruptura de los mercados han provocado una hiperinflación. En Siria, por ejemplo, el coste de la canasta básica de alimentos aumentó en el pasado año un 240 %. Incluso en países con mecanismos de protección más sólidos, como España, se observan cambios en la dieta entre quienes han perdido su empleo, accediendo a menos proteínas y consumiendo más hidratos de carbono y ultraprocesados.

A esto hay que sumar el colapso de sistemas sanitarios con la enfermedad, o simplemente el miedo de la población a acercarse a lugares que podían estar repletos de carga viral, lo que ha dejado sin atender a otras enfermedades. Acción Contra el Hambre alerta de que esto es especialmente grave en el caso del tratamiento de la desnutrición, y también lo es la suspensión de los programas de prevención.

Alrededor de 660 millones de personas, según la FAO, podrían seguir pasando hambre en 2030 debido, en parte, a los efectos duraderos del Covid-19, que se han sumado al impacto de los conflictos y la crisis climática.

Los efectos de la pandemia pueden afectar en los próximos años a más de 30 millones de personas.

¿Cómo afecta el cambio climático?

El aumento e intensidad de los fenómenos naturales perturba los ciclos de cultivo, acelera la desertificación, esteriliza los suelos, reduce el acceso al agua y a la producción agrícola. Así, los efectos de la crisis climática afectan gravemente al acceso y disponibilidad de los alimentos, además de a los hábitos alimentarios, los cuidados y las prácticas de salud de las poblaciones más vulnerables.

Solo en 2020 las tormentas aumentaron un 26 % y las inundaciones un 23 % respecto al promedio anual de la década anterior (2010-2019).

Ante este panorama, la ONG apuesta por una agricultura sostenible, respetuosa con el medioambiente y la biodiversidad, capaz de contribuir a la lucha contra el cambio climático y, por ende, a la lucha contra el hambre en el mundo.

Los fenómenos climáticos extremos golpean el mundo de diferentes formas. En África, unos 7 millones de personas se vieron afectadas por las inundaciones estacionales.

Las sequías hicieron estragos en el Sahel, una región donde el número de personas en riesgo de inseguridad alimentaria en sólo dos años, lo que eleva la cifra a más de 29 millones.

En el corredor seco centroamericano (una de las zonas más afectadas por la crisis climática, o en Filipinas, la multiplicación de tormentas tropicales y huracanes azota a millones de familias.

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