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Con la llegada del calor y las altas temperaturas, la práctica del deporte en verano presenta desafíos y riesgos que no deben ser ignorados. A pesar de la evidencia y los constantes avisos de las autoridades sanitarias y los expertos, la profesora de Ciencias del Deporte de la Universidad Católica San Antonio (UCAM), Noelia González, insiste en que sigue siendo habitual ver a personas entrenando en las horas más peligrosas del día. Su advertencia es clara: "Elegir el momento adecuado para hacer ejercicio durante el verano es clave para proteger nuestra salud".
Evita estas horas para hacer deporte en verano
El lapso de tiempo comprendido entre las 12:00 y las 17:00 horas es, sin duda, el más peligroso para hacer deporte en verano. Durante este periodo, las temperaturas alcanzan su punto máximo, y la exposición al sol es más intensa. "Es fundamental evitar esa franja horaria", subraya González, señalando que el riesgo de sufrir golpes de calor, deshidratación o agotamiento es significativamente mayor. La experta lamenta que, "aunque pueda parecer evidente, todos los veranos se ve a personas que entrenan en esa horquilla horaria, con el riesgo que supone para su salud".
Para garantizar una práctica segura del deporte en verano, la especialista aconseja entrenar temprano por la mañana o al final de la tarde, cuando el sol ya no es tan intenso y las temperaturas son más agradables. Esta elección no solo reduce los riesgos para la salud, sino que también permite disfrutar del ejercicio al aire libre de una manera más cómoda y eficiente.
Hidratación: La primera línea de defensa
Un pilar fundamental para cualquier actividad física, y aún más crucial en el deporte en verano, es la hidratación. Noelia González destaca que "uno de los errores más comunes en verano es esperar a tener sed para beber agua". La sed es una señal de que el cuerpo ya ha comenzado a deshidratarse, por lo que es vital beber líquidos de manera preventiva y constante.
La recomendación de la profesora es clara: hidratarse antes, durante y después de la actividad física. Durante el entrenamiento, aconseja tomar "medio vaso o un vaso de agua cada 15-20 minutos". Además, advierte sobre el consumo de bebidas azucaradas o con cafeína, ya que "pueden favorecer la deshidratación", contrarrestando el propósito de reponer líquidos.
El entorno y la protección solar
El lugar donde se realiza la actividad física también juega un papel determinante. La experta aconseja entrenar en zonas con sombra, como parques arbolados, para evitar la exposición directa al sol. En los casos en que se entrena en interiores, es fundamental que los espacios estén "ventilados, con buena climatización y una temperatura inferior a 30 °C".
Otro consejo esencial es la protección solar. González recomienda "usar protector solar de amplio espectro, aplicado cada 2 horas, sobre todo si estás sudando". Esto previene no solo las quemaduras solares, sino también daños a largo plazo en la piel. Por último, subraya la importancia de evitar ejercitarse sobre superficies calientes como el asfalto o el cemento, ya que pueden causar lesiones por calor o abrasiones.
Calentamiento, vuelta a la calma y señales de alerta
Antes de iniciar cualquier sesión de deporte en verano, es imprescindible comenzar con un calentamiento adecuado. Esto prepara los músculos y las articulaciones para el esfuerzo físico, reduciendo el riesgo de lesiones. De igual manera, al finalizar la actividad, la profesora González recuerda la importancia de una "fase de vuelta a la calma", que permite que el cuerpo regrese a su estado de reposo de manera gradual.
Finalmente, la especialista hace un llamado a la precaución y a escuchar al cuerpo. Si durante el entrenamiento se presentan síntomas como mareos, debilidad extrema, dolor en el pecho o dificultad para respirar, la indicación es inmediata y tajante: "detente inmediatamente y busca ayuda". Para estos casos de emergencia, entrenar acompañado o llevar el móvil a mano puede ser determinante.
El mensaje de Noelia González es un recordatorio para todos los aficionados al deporte en verano: la actividad física es beneficiosa, pero la seguridad y la precaución son la prioridad. Siguiendo estos sencillos, pero vitales, consejos, se puede disfrutar de un verano activo y saludable sin poner en riesgo la integridad física. El deporte debe ser una fuente de bienestar, y en verano, más que nunca, la prudencia es la clave.
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