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Solo 1 de cada 3 jóvenes con discapacidad confía en poder dedicarse a la profesión que desea, según revela la última edición del informe de la Fundación Adecco. La brecha entre vocación y oportunidades refleja barreras educativas, sociales y laborales que limitan su acceso a estudios superiores y empleo digno.
Jóvenes con discapacidad: aspiraciones frente a barreras
Con motivo del Día Internacional de la Juventud, celebrado el 12 de agosto, la Fundación Adecco presentó la décima edición de su informe Jóvenes con discapacidad, motor de futuro. Este estudio se basa en una encuesta realizada a jóvenes de entre 18 y 30 años con discapacidad, de los cuales un 80 % busca empleo activamente y un 20 % ya se encuentra trabajando.
El análisis se centra en las dificultades adicionales que enfrentan estos jóvenes para formarse en lo que les interesa y poder desarrollar posteriormente una carrera profesional acorde con sus aspiraciones. Además, señala las barreras persistentes en los procesos de selección, que limitan sus oportunidades laborales.
Participación laboral y desempleo
Según el INE, la participación de jóvenes con discapacidad en el mercado laboral es muy baja, con una tasa de actividad del 21,6 %, frente al 35,5 % promedio de la población general. Este porcentaje aumenta al 51 % entre los 25 y 44 años y disminuye al 32,2 % entre mayores de 45 años.
El informe El mercado de trabajo de las personas con discapacidad (Ministerio de Trabajo, 2025) registra que 9.560 jóvenes de 16 a 24 años con discapacidad están inscritos como demandantes de empleo, representando un 7 % del total de inscritos. La tasa de desempleo entre jóvenes con discapacidad alcanza el 45,2 %, más del doble de la media de personas con discapacidad (19,2 %) y superior al 26,5 % de jóvenes sin discapacidad.
Francisco Mesonero, director general de la Fundación Adecco, afirma que los jóvenes enfrentan una “doble desventaja”: la falta de experiencia y las barreras sociales y empresariales que dificultan su acceso temprano al empleo.
Brecha entre vocación y expectativas
El 85 % de los jóvenes con discapacidad tiene aspiraciones profesionales claras, pero casi 7 de cada 10 no confía en poder cumplirlas. Según Begoña Bravo, directora de Inclusión de Fundación Adecco, esta desconfianza surge de entornos que no identifican ni potencian su talento, la falta de ajustes en la educación y los prejuicios que limitan su autoestima.
Entre las vocaciones más mencionadas destacan la inteligencia artificial (17,1 %), psicología (14,3 %), y la informática y atención al cliente (11,4 % cada una), áreas que combinan tecnología, creatividad y compromiso social.
Obstáculos educativos y sociales
Las barreras comienzan en la educación: las personas con discapacidad presentan menor participación y logro educativo en todos los niveles. Según el Observatorio Estatal de la Discapacidad, el 19,3 % de la población con discapacidad solo alcanza estudios primarios, frente al 6,1 % de la población general. Solo el 19,2 % logra estudios superiores, mientras que el 39 % de la población sin discapacidad completa esta etapa.
En la universidad, apenas el 1,6 % del alumnado tiene discapacidad, un número muy inferior al 8 % que representa en la población general. La falta de apoyos continuos y adaptaciones educativas limita la elección de estudios y repercute en trayectorias laborales predeterminadas.
Más de la mitad de los jóvenes (55,2 %) afirma que no recibió acompañamiento suficiente durante la infancia para descubrir su talento, y un 40 % tuvo que abandonar o no iniciar sus estudios por dificultades de adaptación.
Barreras en el empleo
En el ámbito laboral, el 57 % de los jóvenes con discapacidad ha sufrido discriminación durante la búsqueda de trabajo. El 55 % de ellos ve ignoradas sus candidaturas, y el 45,5 % percibe un trato centrado en su discapacidad más que en sus competencias. Un tercio señala evaluaciones de desempeño poco realistas y un 31,7 % dificultades por dinámicas de grupo no adaptadas.
Begoña Bravo resalta que, con pequeñas adaptaciones y acompañamiento desde el primer día, es posible avanzar hacia una inclusión plena, evitando la rotación temprana del talento y reforzando la confianza y el desarrollo profesional.
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