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La Fiscalía de Medio Ambiente ha llevado a cabo una inspección en la balsa de lodos de Alcoa en Xove (Lugo), una instalación clave en el complejo industrial de San Cibrao. La visita se produce en un momento delicado, marcado por la reciente ampliación de la balsa y los retrasos en la reactivación total de la planta de aluminio, prevista ahora para 2026.
Supervisión ambiental en la planta de Alcoa en Xove, Lugo
La balsa de lodos que Alcoa mantiene en su instalación industrial de Xove, en la costa norte de Lugo, ha sido objeto de una reciente inspección por parte de la Fiscalía de Medio Ambiente. Esta visita se produce en un momento clave para la planta, en pleno proceso de recuperación de su actividad tras varios meses de parálisis.
El operativo, que se desarrolló el martes en Lugo, incluyó la presencia de agentes especializados del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) y miembros de la Policía Judicial. Además, se utilizó un helicóptero para observar desde el aire el entorno de la balsa, una infraestructura que acumula residuos procedentes de la producción de alúmina.
La instalación se encuentra próxima al núcleo industrial de San Cibrao, donde la multinacional estadounidense tiene su principal complejo en Galicia. Esta balsa, cuya función es almacenar los residuos resultantes del proceso industrial, fue ampliada recientemente tras recibir el visto bueno por parte de la Xunta de Galicia.
Control periódico y vigilancia institucional
Desde la Delegación del Gobierno en Galicia han explicado que esta actuación forma parte de los controles periódicos que se realizan sobre este tipo de infraestructuras. El objetivo es asegurar que se cumplen las condiciones técnicas y ambientales establecidas por la normativa vigente en Xove, Lugo, así como en el resto del país.
La visita a esta zona de Lugo no ha sido anunciada con antelación, como suele ocurrir con este tipo de inspecciones. Las autoridades responsables pretenden así obtener una visión real del estado de la instalación, sin interferencias ni preparativos previos por parte de la empresa.
En el entorno de A Mariña, la existencia de esta balsa siempre ha generado inquietud entre ciertos sectores sociales, debido a su cercanía a zonas habitadas y al impacto potencial en el medio natural. Por eso, tanto desde la Fiscalía como desde el Gobierno central se insiste en mantener una vigilancia activa y continua.
El rearranque de la planta sufre nuevos retrasos
Mientras tanto, la actividad industrial en San Cibrao avanza a un ritmo más lento del previsto. Esta misma semana, Alcoa y su socio Ignis Equity Holdings han comunicado que la reactivación total de la planta no será posible hasta 2026. Se trata de un nuevo retraso en los planes iniciales, que contemplaban una recuperación plena para octubre de 2025.
Este proceso de rearranque comenzó tras el apagón eléctrico que afectó a todo el país a finales de abril. La parada forzosa de la fábrica obligó a reprogramar muchas de las fases de producción, lo que ha tenido un efecto directo en los calendarios previstos.
El anuncio de este nuevo aplazamiento en la planta de Lugo ha generado preocupación entre los trabajadores, que temen que la incertidumbre sobre el futuro de la planta afecte a su estabilidad laboral. En el pasado, ya se vivieron episodios de movilización sindical y protestas para defender los empleos en la comarca.
La planta de San Cibrao continúa siendo uno de los principales motores económicos de A Mariña, y su evolución es observada de cerca por instituciones, sindicatos y vecinos.
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