El Mundial 2026 encabeza la lista de eventos más contaminantes

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22/08/2025 - 13:00
Contaminación del Mundial 2026

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Aunque el Mundial 2026 promete romper récords dentro del campo, fuera de él podría dejar una marca mucho más preocupante: la de ser el evento deportivo más contaminante de la historia. La expansión del torneo, el uso intensivo del transporte aéreo y la elección de sedes en zonas vulnerables al calor extremo han generado fuertes críticas por su impacto ambiental.

El Mundial 2026, un gol contra el planeta

La Copa Mundial Masculina de la FIFA 2026 está generando gran expectación por su formato ampliado y la participación récord de selecciones. Sin embargo, detrás del entusiasmo deportivo, se esconde una preocupación creciente: el enorme impacto ambiental que dejará este torneo. Con más de 9 millones de toneladas de emisiones de CO2 estimadas, se perfila como la edición más contaminante en la historia del fútbol.

Por primera vez, el Mundial 2026 contará con 48 selecciones y se jugarán 104 partidos en lugar de los tradicionales 64. Esta ampliación, lejos de ser solo un desafío logístico, implica un aumento significativo en los desplazamientos, especialmente los aéreos. Al disputarse en tres países —Estados Unidos, México y Canadá—, las distancias entre sedes serán enormes, lo que obligará a miles de vuelos para trasladar equipos, personal técnico y millones de aficionados.

Solo el transporte aéreo del Mundial 2026, según estimaciones independientes, generará cerca de 7,7 millones de toneladas de CO2, es decir, más del 85 % de las emisiones totales del evento. Para ponerlo en perspectiva, los torneos anteriores, celebrados entre 2010 y 2022, promediaron apenas 1,8 millones de toneladas por este concepto.

Calor extremo y sedes en riesgo

Otro factor preocupante de cara al Mundial 2026 es la selección de estadios en regiones que ya sufren los efectos del cambio climático. Un total de seis de las dieciséis sedes oficiales están en zonas con temperaturas peligrosamente altas durante el verano. Dallas, por ejemplo, registra más de un mes al año con temperaturas superiores a los 35 °C y altos niveles de humedad. Jugar bajo estas condiciones supone un riesgo para la salud de jugadores, trabajadores y espectadores.

Según expertos climáticos, ocho estadios necesitan adaptaciones urgentes si se quiere evitar exponer a miles de personas a golpes de calor y otros efectos del estrés térmico.

El impacto ambiental del Mundial 2026 no se limita a la logística. Un acuerdo reciente entre la FIFA y la empresa petrolera Aramco ha encendido las alarmas entre activistas y expertos. El patrocinio podría contribuir indirectamente con hasta 30 millones de toneladas adicionales de CO2, una cifra tres veces superior a las emisiones directas del evento.

Este tipo de alianzas refuerza la crítica hacia la FIFA por priorizar intereses comerciales sobre la sostenibilidad. Organizaciones ambientalistas comparan el patrocinio con las antiguas asociaciones del deporte con marcas de tabaco.

Exigen responsabilidad

Los autores de diversos estudios sobre el tema exigen medidas concretas: limitar el número de sedes, reducir los vuelos entre partidos, establecer estándares ambientales obligatorios y romper lazos con grandes contaminadores. También insisten en la necesidad de proteger la salud de los asistentes frente al calor extremo.

La FIFA se enfrenta a una disyuntiva clara. Puede continuar promoviendo un modelo insostenible de megaeventos o convertirse en un ejemplo de acción climática en el deporte. Por ahora, el Mundial 2026 no solo será recordado por sus goles, sino también por el enorme precio ambiental que deja tras de sí.

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