
Lectura fácil
El Museo Nacional de Antropología de México, fundado en 1940, es una institución dedicada a la investigación, conservación y exhibición de las colecciones arqueológicas y etnográficas más relevantes del país. Este miércoles, fue reconocido con el Premio Princesa de Asturias de la Concordia 2025.
Ubicado en el Bosque de Chapultepec, en la Ciudad de México, el edificio actual del museo fue inaugurado el 17 de septiembre de 1964. Cuenta con 22 salas distribuidas en más de 45.000 metros cuadrados, lo que lo convierte en el museo más grande de México.
Este espacio resguarda valiosos testimonios arqueológicos y antropológicos creados por diversos grupos culturales a lo largo de siglos, y también rinde tributo a los pueblos indígenas contemporáneos de México mediante una colección que preserva sus expresiones, saberes y tradiciones.
Premio Princesa de Asturias de la Concordia, récord de más de tres millones de visitantes en un año
Premio Princesa de Asturias de la Concordia 2025, el Museo Nacional de Antropología ha sido reconocido por su labor en la preservación del patrimonio cultural y por su impacto en la difusión del conocimiento histórico en México y el mundo.
El Museo Nacional de Antropología (MNA) de México fue establecido en 1940 a
partir del traslado de parte de las colecciones del antiguo Museo Nacional
de Arqueología, Historia y Etnografía al Castillo de Chapultepec. Su nombre
actual deriva de aquella primera sede, donde inicialmente se exhibieron
únicamente piezas correspondientes a la época prehispánica y colecciones
etnográficas.
En 1960, el gobierno mexicano autorizó la construcción de un nuevo edificio ubicado en el bosque de Chapultepec. Este espacio, inaugurado en 1964, llamó la atención a nivel mundial como un emblema de progreso, modernidad e innovación, cualidades que también fueron valoradas al otorgarle el Premio Princesa de Asturias.
El museo forma parte de la red de museos administrados por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) de México. Desde 2013, Antonio Saborit dirige esta institución, que además cuenta con un patronato dedicado a apoyar sus actividades, especialmente proyectos de restauración y conservación, financiados mediante donaciones de particulares, empresas nacionales e internacionales, así como eventos especiales.
Este recinto, que en 2024 superó la cifra récord de tres millones de visitantes, está diseñado como un espacio para reflexionar sobre la herencia indígena de México. Su papel en la divulgación del conocimiento antropológico y su compromiso con las culturas originarias lo hacen merecedor del Premio Princesa de Asturias, uno de los galardones más prestigiosos en el ámbito internacional.
250.000 objetos
Las colecciones suman un total de 250.000 objetos. Además, existe un vínculo muy cercano con España y su cultura, ya que en sus salas también se exhiben piezas del período virreinal que ilustran la mezcla entre las culturas indígena y española, así como la interacción recíproca que históricamente se desarrolló entre ambas, enriqueciéndose mutuamente. Esta conexión cultural también fue destacada por el jurado del Premio Princesa de Asturias, que valoró el diálogo entre civilizaciones promovido por el museo.
A lo largo de casi seis décadas de trayectoria, sus colecciones han llegado a reunir alrededor de 250.000 piezas provenientes de todo México, de las cuales aproximadamente 8.000 están en exhibición. La obtención del Premio Princesa de Asturias refuerza su papel como guardián del patrimonio mexicano y embajador cultural a nivel global.
Desde 1972, con la implementación de la Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicas, Artísticas e Históricas, la colección se ha incrementado exclusivamente con materiales provenientes de proyectos arqueológicos realizados por el INAH, así como por la repatriación de piezas que se encontraban fuera del país.
La colección arqueológica tiene su origen a finales del siglo XVIII, cuando comenzaron los trabajos de remodelación urbana impulsados por el virrey y conde de Revillagigedo.
Piezas destacadas
Entre las numerosas esculturas mexicanas recuperadas en ese entonces, destacan tres monolitos significativos: la figura de la diosa Coatlicue, la Piedra del Sol, que tiene más de 3.5 metros de diámetro, y la Piedra de Tízoc.
Algunas de sus piezas más representativas incluyen a Xochipilli o Señor de las Flores, perteneciente a la cultura mexica; la lápida, ajuar y máscara de jade de la tumba del emperador maya Pakal; la máscara del dios Murciélago, perteneciente al arte zapoteco; las Cabezas Colosales, emblemáticas de la cultura olmeca; y el Atlante de Tula, una pieza destacada de la cultura tolteca.
Añadir nuevo comentario