Las piscifactorías y todo su negocio, un tema pendiente en EEUU

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13/10/2023 - 13:03
Ejemplo de piscifactorías en el océano

Lectura fácil

El tema de la industria de las piscifactorías es algo un poco perdido en Estados Unidos, pues a lo largo de las costas en aguas federales se encuentran criaderos de mariscos, de trucha o sistemas de acuicultura de recirculación de salmón, pero el país solo tiene una piscifactoría en aguas federales, asentada en la costa de Hawái.

Cabe destacar que el país importa el 90 % de los productos de mar que consume y según los datos, a nivel mundial, el 50 % del pescado consumido procede de la acuicultura.

Por otro lado, cabe destacar que en 2021, las estadísticas colocaron a España cómo líder europeo en producción de pescado bajo este sistema.

Estados Unidos puede tener en las piscifactorías un gran negocio sostenible ignorado

Y es que la acuicultura con las piscifactorías en alta mar se presentan como la oportunidad de producción de pescado de forma sostenible para el medio ambiente.

Contando que alrededor del 52 % de la tierra de Estados Unidos se destina a la agricultura y que la sobrepesca golpea a las poblaciones de peces salvajes, nos encontramos con una potencia que no cuenta con regulaciones ni trámites adecuados para poder explotar esta línea de negocio.

"La acuicultura parece presentar no sólo el mayor potencial, sino quizá el único, si queremos producir las proteínas adicionales necesarias para alimentar al mundo", afirma Daniel Benetti, director de acuicultura de la Universidad de Miami (Florida).

El caso, es que el tema de las piscifactorías y la acuicultura ha sido motivo de protesta para los activistas, porque los escapes de peces y las enfermedades suponían un riesgo para los ecosistemas en los que se establecían.

El caso, es que el avance tecnológico junto a los piensos, hace que las piscifactorías en alta mar, estando situadas correctamente, no supongan una amenaza para el ecosistema.

Y ya no solo eso, sino que en Estado Unidos para poder construir y establecer piscifactorías en alta mar suponen procesos largos y costosos, además de fragmentados.

Desde la Agencia de Protección Medioambiental, la Guardia Costera de EE. UU., la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica, el Cuerpo de Ingenieros del Ejército y el estado tienen voz y voto en la concesión de permisos y la revisión de los planes de negocio.

Como el público puede opinar, surgen las diputas, como ha sido el caso del grupo de defensa de los derechos animales por la Agencia de Protección del Medio Ambiente a raíz de la aprobación del permiso para un proyecto en alta mar frente a la costa de Florida.

Así es Blue Ocean

Nació en 2011 como un proyecto que demostraba la supervivencia de esta piscifactorías en alta mar y cómo afectaría al océano en Hawai.

Se vigiló muy de cerca con una sola red de agua:

  • Calidad del agua.
  • Salud de los peces.
  • Impacto ambiental.

Ocho años después, resultó ser un gran éxito, por lo que pasó a ser la primera en su especie comercial en Estados Unidos. Su fundador Neil Sims, ahora director general de Ocean Era, sigue intentando incansablemente ampliar las granjas marinas a otros estados.

Por su parte, el Congreso estadounidense volvió a presentar un proyecto de ley a propuesta de los dos partidos conocido como Ley para la mejora y el mayor entendimiento de la acuicultura americana, con el fin de poder llegar a crear normar a nivel nacional para este ámbito y aclarar un sistema regulador para cría peces en el océano de Estados Unidos.

Asimismo, se encuentra encima de la mesa la Ley para una producción de acuicultura equilibrada y basada en la ciencia, que daría luz verde a estudios y programar piloto sobre el desarrollo y producción de acuicultura en alta mar.

A esto cabe añadir que la Casa Blanca creó el Plan de Acción sobre el Clima Oceánico, para poder reducir costes y plazos de ubicación y obtención de permisos respecto a operaciones de acuicultura a escala comercial nuevas y existentes.

Aunque el Gobierno se encuentra en conversaciones, faltan los acuerdos, y teniendo la legislación aprobada, la industria de las piscifactorías podría disparar a la economía estadounidense, como expone, Dick Jones, director general de Blue Ocean.

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