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La visión infantil requiere una atención especializada y precoz. Detectar a tiempo los problemas oculares en los niños es clave para garantizar un desarrollo visual adecuado y prevenir secuelas permanentes.
La visión en los niños: una especialidad que requiere atención específica
La salud visual en los niños es un campo médico con características propias. No se trata simplemente de aplicar los conocimientos sobre ojos adultos a pacientes más pequeños. El desarrollo visual ocurre en etapas muy precisas, y cualquier alteración durante ese proceso puede afectar de manera permanente la capacidad de ver correctamente.
Desde el nacimiento, pueden aparecer problemas como la obstrucción del conducto nasolagrimal, que impide el drenaje adecuado de las lágrimas. Esto provoca lagrimeo constante y secreciones. En muchos casos, se resuelve por sí solo durante el primer año, pero si persiste más allá de ese periodo, podría requerir una pequeña intervención quirúrgica. También hay que tener en cuenta la posibilidad de enfermedades graves como el retinoblastoma, un tumor ocular que solo aparece en niños y que necesita diagnóstico precoz.
Estrabismo: detección y tratamiento
El estrabismo, o desalineación ocular, suele manifestarse desde los primeros meses de vida de los niños. Puede detectarse visualmente o mediante pruebas específicas. No siempre que parece que un ojo “se va” hay un problema real, ya que ciertas formas faciales pueden crear una falsa impresión. Por eso, es clave que el diagnóstico lo realice un especialista, ya que también existen formas leves o intermitentes de estrabismo que pasan desapercibidas pero afectan igual al desarrollo visual. Su tratamiento puede incluir gafas o cirugía, dependiendo del caso.
Cataratas y errores de refracción
Aunque asociadas comúnmente a la vejez, las cataratas también pueden presentarse en niños. Su origen suele ser congénito o derivado de un golpe, y su detección temprana es esencial. Uno de los signos más claros es la leucocoria, o reflejo blanco en la pupila, que puede observarse en fotos con flash. Además, existen errores refractivos como la miopía, el astigmatismo o la hipermetropía.
Esta última es común en niños pequeños, ya que el ojo aún está en crecimiento. No siempre requiere corrección, salvo cuando causa dolores de cabeza, fatiga visual o interfiere con el aprendizaje.
Desarrollo visual y ojo vago
Durante la infancia, especialmente hasta los 7 años, el cerebro está en pleno desarrollo visual. Si un ojo no recibe estímulos adecuados, puede no desarrollarse correctamente, generando ambliopía, también conocida como "ojo vago". Este problema no se corrige solo con gafas; suele necesitar el uso de parches para forzar al cerebro a utilizar el ojo afectado.
¿Cuándo acudir al oftalmólogo?
Se recomienda una primera revisión visual a los 3 años, aunque debe adelantarse si hay signos de alarma. Entre ellos se encuentran ojos que se desvían, dolor de cabeza frecuente, acercarse mucho a los objetos, dificultades escolares o evitar ciertas actividades visuales. Incluso en bebés, la falta de seguimiento visual o movimientos anormales de los ojos pueden indicar un problema grave.
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