Obsolescencia programada: ¿Están los electrodomésticos hechos para que se estropeen pronto?

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09/03/2020 - 13:42
Los electrodomésticos están programados para la obsolescencia programada.

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La obsolescencia programada es una práctica que se le viene reprochando a numerosos fabricantes tecnológicos por la que diseñan sus productos de forma que tengan una fecha de caducidad, que dejen de funcionar más pronto que tarde. Uno de los productos electrónicos que antes se estropean son los teléfonos móviles, según un estudio de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU).

Los aparatos tecnológicos se estropean antes

La OCU defiende que la vida útil de aparatos eléctricos antiguos era mucho más larga que la de los electrodomésticos que compramos en la actualidad, cuando se supongo que la tecnología y la innovación debería de permitir que fuesen aparatos mucho mejores que los de por aquel entonces y con una vida más larga.

Una de las características principales de la obsolescencia programada es que los nuevos electrodomésticos presentan más averías y las reparaciones a las que tienen que ser sometidos son más caras, hasta el punto de compensar más la compra de otro dispositivo que el arreglarlo.

Ranking de los aparatos que más se estropean

Ranking de los electrodomésticos que más se estropean
Ranking de los electrodomésticos que más se estropean

Esta iniciativa forma parte del proyecto europeo PROMPT, donde se valora la duración de los productos electrónicos, sus problemas más comunes y los costes de la reparación. Los usuarios han tenido la oportunidad de compartir qué objetos comprados recientemente son los que han durado menos de lo esperado y por qué, con un nicho de mercado que destaca especialmente por encima del resto: los teléfonos móviles, con un 28,30% de las denuncias. Destaca el mal funcionamiento de las baterías de los móviles como aspecto a resaltar.

En segundo lugar, con un 9,7%, las impresoras son el segundo aparato que más se estropea, con fallos en los cabezales, y aspiradoras (9%) con errores en sus motores. Cierran la tabla televisores, tabletas elecrónicas, lavadoras, ordenadores portátiles, cafeteras, frigoríficos y lavavajillas, por ese orden y representando un porcentaje inferior al 8% de las denuncias.

La mayoría de aparatos estropeados no se reparan

Resulta un hecho deseable que en la mayoría de los casos de dispositivos electrónicos estropeados no se reparen. Cuatro de cada 10 dispositivos ni siquiera se llevan al servicio técnico. Las razones que alegan los clientes son la alta cuantía de la reparación (27%), la pérdida de confianza en la maca (11%) o no saber a quién acudir (8%). Pero también otra serie de motivos, como la preferencia de cambiar de producto (8%), la falta de tiempo para acudir a un servicio técnico (4%) o la imposibilidad de encontrar las piezas necesarias (2%).

Según la OCU, en fallo técnico se produce antes de que el producto cumpla los dos años en el 42% de los casos, cuando todavía podría estar en garantía. Pero, incluso, va más allá: un 11% de esos casos ocurre antes de los seis meses, cuando aún se considera que es un defecto de fábrica. Tal y como confirman los datos, el 24% de los problemas surgen entre los dos y los tres años, exactamente en el momento en el que ha dejado de haber cobertura legal sobre el producto.

La obsolescencia programada desde el punto de vista medioambiental

La utilización de una cantidad tan grande de recursos naturales para estar continuamente construyendo electrodomésticos hace que los recursos naturales estén sobreexpotados y tengamos una gran acumulación de residuos de aparatos.

En los últimas décadas se han descubierto muchos vertederos ilegales, se intenta que los ciudadanos utilicen los puntos limpios para reciclar los aparatos, pero aún así hay muchos elementos que contaminan los suelos, el agua y la atmósfera.

La obsolescencia programada nos obliga a reparar o comprar de nuevo

Los consumidores estamos cada vez más expuestos al envejecimiento programado. Cuando se nos estropea nuestros electrodomésticos debemos pensar si queremos repararlos o comprar uno nuevo, si realmente nos merece la pena repararlos o si los fabricantes tecnológicos ya han sacado alguna nueva versión del aparato que nos interesa o seduce más, como ocurre a menos con los teléfonos móviles.

Pero la obsolescencia programada de los dispositivos tecnológicos se ha convertido en uno de los problemas más habituales para el usuario ante los que, normalmente, estamos muy poco protegidos, según confirma el estudio de OCU.

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