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Representantes de agencias de la ONU y de más de 200 ONG, con presencia en los territorios palestinos ocupados, han lanzado una grave advertencia sobre la situación humanitaria de los desplazados forzosos en Gaza.
Durante un encuentro en línea con los medios de comunicación, han denunciado que la llamada “área humanitaria” establecida por Israel, tras el inicio de su ofensiva terrestre en la ciudad de Gaza, no cuenta con las condiciones básicas ni la capacidad necesaria para albergar a los millones de personas que buscan refugio. “Alrededor de un millón de personas no tienen un lugar seguro al que huir”, señalaron responsables del equipo humanitario, subrayando la crítica realidad que enfrentan los habitantes de la Franja.
La trampa de los desplazados forzosos
El director de la red de ONG de Palestina, Jad Shawa, pintó un panorama desolador, afirmando que ni el norte ni el sur de Gaza ofrecen seguridad. Los movimientos de la población se han vuelto extremadamente peligrosos, y dejar el norte de la Franja se ha convertido en una odisea para las familias. Muchas se ven obligadas a pagar costos prohibitivos, a transitar por carreteras en pésimo estado y a dormir a la intemperie o en refugios sobrecargados. Esta situación ha generado una crisis sin precedentes de desplazados forzosos, atrapados en una zona de guerra sin alternativas viables.
La crisis se agrava con las constantes órdenes de expulsión. Mahmoud Alsaqqa, coordinador de Seguridad Alimentaria y refugio de Oxfam, denunció que un millón de personas, la mayoría ya en situación de hambruna, están sometidas a esta constante amenaza. La situación en los campamentos es insostenible. Zdan El-Amawi, de Anera, describió los refugios como “más que saturados”, con escenas de desesperación: niños que sufren diarrea y sarna, y personas que se pelean por el agua, un recurso cada vez más escaso. Los campamentos no pueden acoger a la masiva afluencia de desplazados forzosos procedentes de barrios enteros de la ciudad de Gaza, como pretende la ofensiva israelí. La ONU ha recordado que hace apenas dos semanas se declaró la hambruna en la zona, lo que subraya la urgencia de la situación.
La vida en la intemperie y el grito de ayuda
La destrucción inminente de la ciudad de Gaza hace sonar la más grave de las alarmas. La población civil, en su mayoría desplazados forzosos, se enfrenta a la elección imposible de permanecer en zonas de alto riesgo o moverse hacia áreas saturadas que carecen de lo más básico para la supervivencia.
Las historias de familias que han perdido sus hogares y ahora viven en condiciones inhumanas se multiplican. La desesperación de los desplazados forzosos es palpable, suplicando por un lugar seguro donde sus hijos puedan dormir sin el miedo constante a los bombardeos.
Llamado a la comunidad internacional
Ante este panorama catastrófico, las agencias de la ONU y las ONG han lanzado un llamado unánime a la comunidad internacional para que “actúe de inmediato”. Han exigido a Israel el fin de su ofensiva terrestre y han reclamado un alto el fuego permanente.
La apertura de “rutas seguras” para que la ayuda humanitaria pueda circular sin peligros es una demanda crucial para evitar un colapso total. "Esta catástrofe es provocada y la responsabilidad recae en todos nosotros", concluyeron, haciendo hincapié en que la inacción agrava la crisis de los desplazados forzosos y contribuye a un sufrimiento incalculable. Es imperativo que se tomen medidas concretas para proteger a esta población y garantizar que reciban la asistencia que tan desesperadamente necesitan.
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