
Lectura fácil
En la primera quincena de agosto, el país se ha visto azotado por una ola de incendios que ha devorado más de 100.000 hectáreas. En medio del caos, surge una pregunta que clama al cielo: ¿se podría haber evitado esta tragedia? La respuesta es tan compleja como el propio fuego. Por un lado, una mirada al pasado revela las deficiencias, las culpas y la falta de acción. Pero, por otro, el futuro se muestra esperanzador si se adoptan medidas de gestión forestal sostenible. Y entre las más efectivas y económicas se encuentra el pastoreo y la trashumancia.
El pastoreo como escudo contra el fuego
Aunque parezca una solución del pasado, el pastoreo es una herramienta esencial en la gestión de nuestros montes. Los animales, como ovejas y cabras, actúan como bomberos naturales, consumiendo la vegetación seca y densa que sirve de combustible para los incendios. Según datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación de 2022, España cuenta con un censo de 14 millones de ovejas y dos de cabras, animales que, con su apetito voraz, pueden limpiar miles de hectáreas. Una cabra adulta, por ejemplo, puede consumir hasta 2,5 kilos de vegetación seca al día, mientras que una oveja ingiere hasta 3.
Concha Salguero, experta en ganadería extensiva y trashumancia, lo tiene claro: “El pastoreo ha sido una herramienta tradicionalmente esencial para la gestión de las zonas rurales y paisajes. En los últimos años, hay un porcentaje altísimo de abandono y eso provoca una acumulación de masa forestal que está ahí dispuesta para arder”. Además de reducir el material inflamable, estos animales crean franjas estratégicas que actúan como cortafuegos, facilitando el trabajo de los bomberos. La experta añade un dato revelador: “Una hora de helicóptero igual te da para pagar rebaños municipales durante un año”, destacando el bajo coste y la alta eficiencia de esta práctica.
Mitos y verdades de utilizar contra el fuego
La idea de que el pastoreo puede ser la solución mágica a los incendios es, en parte, un mito. Si bien es una herramienta poderosa, no es un milagro. Su eficacia reside en la integración en un plan integral de gestión forestal, donde se complementa con otras medidas de vigilancia y prevención. Es fundamental que cualquier acción se realice de manera controlada y supervisada por expertos.
Verdades
- Reducción del combustible vegetal: Los animales consumen matorrales, pastizales y rastrojos, disminuyendo la carga de material inflamable.
- Cortafuegos naturales: El pastoreo estratégico crea franjas y caminos que dificultan la propagación de las llamas.
- Fertilidad del suelo: El estiércol de los animales mejora la calidad de la tierra y ayuda a la dispersión de semillas.
- Apoyo a la España vaciada: Fomentar el método de cría animal que permite que el ganado doméstico y la trashumancia incentiva la economía local de las zonas rurales.
Mitos
- No son la solución única: No puede reemplazar las labores de vigilancia, las nuevas tecnologías ni los planes de gestión forestal. Es una pieza más del engranaje.
- Se necesita un control exhaustivo: La reintroducción de grandes herbívoros, como el bisonte europeo, no siempre cumple con los objetivos de restauración de hábitats y debe ser estudiada con cautela, como han señalado investigadores.
- Problema de despoblación: La disminución de personas que se dedican al sector primario dificulta la aplicación efectiva de estos métodos.
La traba de la PAC
A pesar de sus beneficios se enfrenta a una gran barrera: la Política Agraria Común (PAC). Según un informe de WWF de 2022, la PAC no solo ha ignorado las particularidades de la ganadería extensiva, sino que en ocasiones la ha penalizado. "Hasta la fecha, la PAC no ha considerado convenientemente las necesidades ni las particularidades de la ganadería extensiva. Los apoyos que ha recibido han sido insuficientes y los requisitos muchos y complicados", afirma el informe.
Concha Salguero coincide y destaca que la falta de subvenciones ha llevado al abandono de estas prácticas. Además, señala que la PAC paga más por las vacas, lo que ha provocado que se desatienda la ganadería ovina y caprina, precisamente las especies más efectivas en la prevención de incendios.
El futuro de nuestros bosques depende de un enfoque integral, y el pastoreo y la trashumancia son piezas clave en este rompecabezas. ¿Estarán los legisladores a la altura para proteger y fomentar este valioso legado? La respuesta, como el pasto seco, está esperando a ser escrita.
Añadir nuevo comentario