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La organización Amnistía Internacional (AI) denuncia que el uso de la pena de muerte ha ido en aumento de forma significativa en la última década hasta alcanzar su cifra más alta desde 2015. El pasado año fueron ejecutadas 1.518 personas en quince países con China, Arabia Saudí, Irak e Irán a la cabeza.
La ONG en su informe 'Condenas a muerte y ejecuciones 2024' ha advertido de que el número de ejecuciones relacionadas con delitos de tráfico de drogas han aumentado, lo que supone una "violación de los Derechos Humanos". Así, han indicado que 1.518 personas han sido sometidas a la pena de muerte en quince países a lo largo de 2024.
Aumento alarmante de las ejecuciones en 2024
En 2024, el mundo ha presenciado un repunte alarmante en la aplicación de la pena de muerte. Según datos de organizaciones internacionales de derechos humanos como Amnistía Internacional, las ejecuciones alcanzaron su cifra más alta en la última década, con un fuerte aumento en países como China, Irán y Arabia Saudí, que encabezan el ranking de penas capitales.
Los métodos utilizados van desde la decapitación, en Arabia Saudí hasta la asfixia con gas nitrógeno, en Estados Unidos, pasando por el ahorcamiento en Egipto, Irak, Irán, Kuwait, Singapur y Siria, la inyección letal, China, Estados Unidos, Vietnam y armas de fuego, en Afganistán, China, Corea del Norte, Omán, Somalia y Yemen.
Este incremento se produce en un contexto en el que muchos países han avanzado hacia la abolición o han frenado las ejecuciones. Sin embargo, algunas potencias continúan utilizando este método como herramienta de control social o represión política, en algunos casos incluso con falta de garantías procesales.
China, Irán y Arabia Saudí: los países con más ejecuciones
China sigue siendo el país que más aplica la pena de muerte en el mundo, aunque las cifras oficiales son confidenciales y se desconocen con precisión. Se estima que las ejecuciones podrían superar el millar cada año. Le sigue Irán, con un aumento significativo de casos, especialmente relacionados con delitos de drogas, y también con acusaciones de represión contra disidentes.
Arabia Saudí ha duplicado sus ejecuciones en comparación con años anteriores, muchas de ellas realizadas por decapitación pública. En la mayoría de estos países, los juicios no cumplen con los estándares internacionales de justicia, y las condenas se dictan a menudo sin pruebas sólidas o con confesiones obtenidas bajo tortura.
Llamado internacional para abolir la pena de muerte
Las organizaciones de derechos humanos han reiterado su llamado a la abolición universal de la pena de muerte, señalando que no tiene efecto disuasorio comprobado y representa una forma cruel, inhumana e irreversible de castigo.
Países como Noruega, España, Canadá o Nueva Zelanda siguen promoviendo activamente moratorias y tratados internacionales contra la pena de muerte. A pesar de ello, el número total de ejecuciones a nivel global aumentó un 30 % en comparación con 2023, lo que refleja una tendencia preocupante en materia de derechos humanos.
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