Cruz Roja Española refuerza su lucha contra el maltrato a personas mayores

En el marco del proyecto Buen Trato a Personas Mayores, Cruz Roja Española atendió durante el año 2024 a un total de 2.232 personas mayores en situación de maltrato. Un dato especialmente preocupante es que el 85 % de las personas atendidas eran mujeres, lo que evidencia una realidad alarmante: ser mujer en la vejez aumenta significativamente el riesgo de sufrir abusos.

Esta información fue compartida por la entidad y coincidió con la conmemoración del Día Mundial de Toma de Conciencia del Abuso y Maltrato en la Vejez. El objetivo del comunicado es visibilizar una problemática que sigue siendo, en gran medida, invisibilizada y normalizada socialmente.

La iniciativa Buen Trato a Personas Mayores se desplegó en 143 municipios distribuidos en 36 provincias españolas. El programa, cofinanciado mediante el 0,7% del IRPF, ha contado con una participación destacada del voluntariado: 572 personas voluntarias ofrecieron un total de 4.304 horas de atención directa, mostrando así el compromiso ciudadano con la protección de los derechos de las personas mayores.

Formas de maltrato detectadas: el daño invisible del entorno más cercano

Entre los tipos de violencia detectados en los casos atendidos, el maltrato psicológico fue el más frecuente. Le siguieron el abandono, el abuso económico y la negligencia. Lo más preocupante es que en muchas ocasiones el maltrato ocurre en el propio entorno familiar o de cuidados, lo que dificulta tanto su detección como su denuncia. Las víctimas, que a menudo dependen emocional o económicamente de sus agresores, pueden sentir vergüenza, miedo o confusión, lo que les impide buscar ayuda.

Desde Cruz Roja se insiste en que este vínculo de dependencia es una de las barreras más grandes para visibilizar el problema. A esto se suma la “normalización” de ciertos comportamientos abusivos hacia las personas mayores, que muchas veces son invisibilizados o minimizados.

Ramón Jané, director de Inclusión Social de Cruz Roja Española, advirtió que “las cifras reales probablemente sean aún mayores”, ya que la capacidad de detección sigue siendo insuficiente. Además, recalcó que el maltrato se vuelve aún más complejo cuando se intersecta con otros factores como la migración, el pertenecer a minorías religiosas o tener una orientación sexual no normativa. Estas circunstancias agravan la vulnerabilidad de ciertas personas mayores, enfrentándolas a lo que se denomina “violencia múltiple”.

La importancia de la sensibilización y el empoderamiento

Frente a este panorama, Cruz Roja defiende que la intervención personalizada y sostenida es esencial para que las personas afectadas puedan recuperar su autoestima y autonomía. No obstante, la organización subraya que los recursos disponibles no son suficientes para dar respuesta a la magnitud del problema.

Por ello, además de la atención directa, uno de los pilares fundamentales del programa es la sensibilización social. Según Jané, es urgente cambiar la mirada hacia la vejez, entendiendo que “las personas mayores son sujetos de derecho y que todas las personas, antes o después, llegaremos a esa etapa de la vida”.

Asimismo, Cruz Roja considera clave formar y empoderar a las propias personas mayores para que puedan identificar y denunciar situaciones de abuso, muchas veces normalizadas incluso dentro de sus propios hogares.

Un compromiso colectivo para una sociedad más justa

El mensaje final que lanza Cruz Roja es claro: el maltrato a personas mayores nos concierne a todos y todas. Cada gesto, cada actitud diaria puede contribuir a reforzar, o a combatir, los estereotipos y dinámicas abusivas. La gran meta, aseguran, es construir una sociedad “más sensible, justa y protectora con quienes nos precedieron”.

En este contexto, la labor de Cruz Roja se posiciona como un faro de esperanza y acción frente a una problemática que necesita más atención, más recursos y, sobre todo, más humanidad.