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El plástico está cambiando para ser más sostenible y menos dependiente del petróleo. Nuevas materias primas como residuos orgánicos, productos vegetales y la captura de CO₂, junto con tecnologías innovadoras de reciclaje, están transformando la industria. Este cambio es clave para reducir la contaminación y avanzar hacia un futuro más verde y responsable.
Hacia un plástico más sostenible: innovación con residuos y nuevas tecnologías
El sector del plástico está atravesando una transformación sin precedentes. La dependencia histórica del petróleo como materia prima empieza a dar paso a soluciones más sostenibles. La combinación de residuos orgánicos, materiales vegetales e incluso la captura de CO2 abre la puerta a una nueva generación de plásticos más respetuosos con el medio ambiente.
En este contexto, el reciclado químico comienza a ganar terreno frente al reciclado mecánico tradicional. Esta técnica permite recuperar el polímero original, facilitando su reutilización sin perder calidad. Se trata de un avance clave en la lucha contra la contaminación, ya que ofrece una solución más eficaz para dar una segunda vida a materiales que antes terminaban en vertederos o en el mar.
Cristina Galán, representante del grupo de envases de ANAIP y auditora del sello de Industria de Plástico Española y Sostenible, destaca que el cambio no es casual. Según explica, las empresas del sector están realizando importantes inversiones en innovación, desarrollo de nuevas materias primas, ecodiseño y certificación. El objetivo es claro: reducir el impacto ambiental sin comprometer sus cualidades técnicas.
Reducción del uso de bolsas plásticas
Uno de los cambios más visibles ha sido la reducción del consumo de bolsas plásticas. Desde la entrada en vigor del Real Decreto 293/2018, que regula su uso en España, el sector ha invertido cerca de 800 millones de euros para adaptar sus procesos. Este esfuerzo ha dado resultados tangibles: de más de 11.000 millones de bolsas utilizadas en 2017, se ha pasado a solo 3.600 millones en 2023. En paralelo, las bolsas compostables han aumentado notablemente, alcanzando más de 3.200 millones ese mismo año.
Además de reducir la cantidad de plástico convencional, muchas empresas están explorando nuevos usos de materiales reciclados. Desde mobiliario urbano hecho con residuos marinos hasta cápsulas que capturan CO2 o filamentos para impresión 3D con cáscara de arroz, la innovación está marcando el camino.
Control y regulación para un mercado más limpio
En el ámbito legal, se exige que todas las bolsas incluyan un símbolo claro que indique si son reutilizables o compostables. Sin embargo, persisten prácticas irregulares en algunos comercios, donde se ofrecen bolsas que no cumplen con la normativa. Para combatir esta situación, ANAIP ha creado la plataforma ReCAIB, que capacita a inspectores de consumo y sensibiliza a los negocios.
Galán subraya que, a pesar de los avances en Europa, es fundamental que otras regiones del mundo adopten medidas similares. “Lo que hacemos aquí es importante, pero no suficiente”, afirma. La contaminación por plástico es un problema global, y su solución debe ser compartida.
El futuro del plástico no solo será más verde, sino también más inteligente. Gracias a la ciencia, la regulación y la responsabilidad empresarial, el material que ha definido el último siglo se adapta a los desafíos del siguiente.
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