Más de 430 millones de toneladas de plástico contaminan el planeta cada año

Cada año, la humanidad genera más de 430 millones de toneladas de plástico, de las cuales aproximadamente dos tercios terminan en los océanos, llegando incluso a incorporarse en la cadena alimentaria humana. Uno de los grandes desafíos para proteger la naturaleza y combatir el cambio climático es reducir la contaminación por estos materiales mediante el reciclaje y la economía circular.

Frente a estos datos, Naciones Unidas vuelve a poner en foco la problemática del exceso de plástico en los ecosistemas esenciales del planeta, aprovechando la conmemoración del Día Mundial del Medio Ambiente que se celebra este jueves.

El desafío del plástico: hacia un mundo más consciente y circular

Para aumentar la conciencia global, este año se plantea una nueva perspectiva: sincronizar la acción colectiva con los principios básicos de los ciclos naturales, donde los recursos se regeneran continuamente y se reintegran en un proceso sin fin.

Los residuos plásticos han alcanzado todos los lugares del mundo, convirtiéndose en una de las crisis ambientales más urgentes. En respuesta, la economía circular surge como una solución porque emula los ciclos naturales de la vida, proponiendo un modelo que reduce el daño ambiental causado por estos materiales.

La idea principal es clara: diseñar estrategias inteligentes que se fundamenten en la circularidad, el respeto al planeta y la cooperación internacional. Veolia, líder mundial en la gestión del agua, la eficiencia energética y el tratamiento de residuos, anticipa esta necesidad, formando alianzas y promoviendo iniciativas innovadoras para construir un futuro más sostenible.

Soluciones inspiradas en la naturaleza

Veolia tiene como objetivo cuidar el medio ambiente y usar los recursos de manera responsable para enfrentar mejor el cambio climático. La empresa explicó que está poniendo en marcha soluciones que toman ideas de la naturaleza y que ayudan a reducir la contaminación, aumentar el uso de energía limpia y hacer que los espacios sean más naturales.

Un ejemplo son las “infraestructuras verdes”, que ayudan al medio ambiente usando métodos que imitan cómo funciona la naturaleza. Un caso destacado son las “ecofactorías”, que son una versión mejorada de las plantas tradicionales que limpian el agua y gestionan de manera eficiente el reciclaje del plástico para disminuir su impacto ambiental.

Una ecofactoría trata y recicla el agua usada para poder aprovecharla en cosas como regar jardines o limpiar calles. También transforma los residuos para crear nuevos productos, como fertilizantes naturales; usa menos energía y apuesta por fuentes limpias como el biogás o la energía solar; y mejora los espacios verdes en sus instalaciones, cuidando la vida silvestre local y plantando plantas propias de la zona.

Veolia también usa soluciones basadas en la naturaleza para adaptarse mejor al cambio climático y proteger a las plantas y animales. Por ejemplo, en el parque El Recorral de Rojales (Alicante), se hicieron cinco lagunas artificiales con agua reciclada para evitar daños por lluvias fuertes. Este lugar ahora tiene mucha vegetación y animales salvajes.

Además, la empresa fomenta el cuidado del medio ambiente con el programa Veolia Cares, que anima a sus trabajadores a ayudar a sus comunidades. Un ejemplo es el proyecto BiObserva Voluntariado, donde las personas observan y registran diferentes especies de aves en las zonas de la empresa.

Gracias a estas acciones, Veolia es reconocida por la Comisión Europea como líder en aplicar estrategias que benefician al medio ambiente, a la sociedad y a la economía, y que ayudan a proteger la biodiversidad.

Economía regenerativa

Los sistemas que reutilizan y reciclan materiales son más eficientes porque usan menos recursos, emiten menos contaminación y consumen menos energía. Veolia crea procesos donde los residuos se convierten en materias primas de buena calidad para hacer nuevos productos.

En su planta de reciclaje La Red by Veolia, en Sevilla, gestionan más de 120.000 toneladas de plástico usado, como plásticos industriales, agrícolas y de consumo. Estos plásticos se convierten en pequeñas piezas llamadas granza reciclada, que luego se usan para fabricar cosas como bolsas, tapones, tuberías y sistemas de riego.

En TorrePET by Veolia, en Badajoz, reciclan el plástico PET, que se usa en botellas y envases. Esta planta tiene una certificación especial que le permite producir plástico reciclado apto para estar en contacto con alimentos, según las normas europeas.

Además, Plastiloop, una plataforma de Veolia, reemplaza plásticos nuevos por plásticos reciclados, cumpliendo con las leyes europeas y ayudando a reducir la huella de carbono y el uso de recursos naturales.

Cuando no es posible reciclar algunos plásticos de forma mecánica, se aprovecha su energía para generar calor, lo que ayuda a usar menos combustibles fósiles y evita que esos residuos terminen en vertederos.

Veolia es un líder mundial en reducir emisiones, reciclar y usar los recursos de manera inteligente, trabajando con diferentes organizaciones públicas y privadas para proteger el medio ambiente.