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Canarias se sitúa como la región europea con mayor riesgo de pobreza energética, según un estudio del centro científico de la Comisión Europea. La mayoría de sus viviendas carece de aislamiento térmico o actúa como un termo, dificultando mantener una temperatura confortable y elevando la vulnerabilidad de los hogares frente al calor y al frío extremos.
Canarias, líder europeo en riesgo de pobreza energética
Un estudio reciente del centro científico de la Comisión Europea (JRC) sitúa a Canarias como la región con mayor riesgo de pobreza energética en Europa. La investigación señala que la mayoría de las viviendas en el Archipiélago carecen de aislamiento térmico o funcionan como verdaderos termos, diseñadas para cumplir con el Código Técnico de la Edificación (CTE) pero ineficaces frente a temperaturas extremas.
El informe, publicado en la revista Energy Research & Social Science, desarrolló un índice de vulnerabilidad energética que combina la diferencia entre la energía consumida y la ideal en los hogares con la capacidad de las familias para afrontar el malestar térmico.
Este indicador incorpora hasta once variables, como ingresos, gastos en vivienda, presencia de niños o personas mayores, y otros factores que reflejan la resiliencia de los habitantes ante la pobreza energética.
Cómo se calcula el riesgo
Los expertos aplicaron el índice a las grandes regiones europeas, conocidas como NUTS 1. Las Islas Canarias se situaron a la cabeza tanto en España como en el continente, destacando por su puntuación en el Índice de Brecha en el Rendimiento Energético de los Edificios (EPGI).
Este indicador compara la energía que un hogar debería consumir para mantener el confort térmico con la que realmente utiliza.
Cuando la diferencia es alta, indica viviendas ineficientes desde el punto de vista energético, aumentando la exposición de los residentes a la pobreza energética. Canarias obtuvo una puntuación máxima de 20, superando incluso a regiones como Åland en Finlandia y Portugal continental.
Factores climáticos y constructivos
Las viviendas del sur de Europa y el Mediterráneo, incluidas las canarias, enfrentan veranos cálidos e inviernos suaves, lo que provoca una demanda de refrigeración no satisfecha.
Sin embargo, el consumo de energía destinado a este fin es bajo debido a sistemas anticuados, carencia de aislamiento adecuado y renovaciones insuficientes.
En Canarias, la mayoría de los inmuebles fueron construidos antes de 2006 bajo la Norma Básica de la Edificación, que no obligaba a aplicar estándares de aislamiento, dejando a los hogares expuestos al calor y la humedad.
Posibles soluciones de cara al futuro
Cada vez más familias isleñas no pueden mantener sus viviendas a una temperatura adecuada. Entre 2022 y 2024, el porcentaje de hogares afectados por esta vulnerabilidad energética se mantuvo siempre por encima del 15 %, según datos del Instituto Nacional de Estadística.
Esta situación repercute en la salud, la productividad y el bienestar de los residentes, reflejando el impacto directo de la ineficiencia de los edificios en la calidad de vida.
Los expertos sugieren adaptar las viviendas a las condiciones climáticas locales, utilizando envolventes adaptativas, techos y muros reflectantes, vidrios con baja ganancia de calor solar y sistemas eléctricos eficientes. Son algunas opciones factibles de cara al fin de la pobreza energética.
Asimismo, recomiendan cambios normativos que reconozcan la singularidad del clima canario y favorezcan construcciones con ventilación cruzada y fachadas que regulen la temperatura de manera natural.
Estas medidas serían clave para reducir la exposición a la pobreza energética y mejorar la resiliencia de los hogares isleños ante el calentamiento global.
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