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El Instituto de Salud Carlos III (ISCIII), a través de su Centro Nacional de Sanidad Ambiental (CNSA), lidera en España el Proyecto Esquipi, una iniciativa pionera de biomonitorización humana (BMH) que busca analizar la exposición a sustancias químicas en niños de entre 6 y 11 años.
Este estudio se enmarca en el Partenariado Europeo para la Evaluación del Riesgo de las Sustancias Químicas (PARC), un esfuerzo colaborativo entre varios países de la Unión Europea para mejorar la gestión de riesgos asociados a compuestos químicos.
¿Qué es la biomonitorización humana y por qué es relevante en casos como la exposición a sustancias químicas?
Los estudios de biomonitorización humana son herramientas clave en salud pública, ya que permiten medir de manera directa la presencia de contaminantes químicos en el organismo. A diferencia de otros métodos basados en estimaciones, la BMH proporciona evidencia real sobre los niveles internos de exposición, lo que facilita la identificación de riesgos potenciales y el diseño de estrategias para reducirlos.
Los datos obtenidos en este tipo de estudios se utilizan para:
- Establecer valores de referencia sobre la presencia de contaminantes en población general.
- Analizar los posibles efectos en la salud derivados de la exposición.
- Elaborar valores guía y recomendaciones basadas en evidencia científica.
- Apoyar la toma de decisiones por parte de autoridades sanitarias y ambientales.
Objetivos del Proyecto Esquipi
El propósito central del proyecto es evaluar la exposición temprana a sustancias químicas en población infantil, dado que los niños son un grupo especialmente vulnerable por su desarrollo fisiológico y metabólico. Para ello, se prevé la recogida de muestras de orina y cabello de 300 menores (150 niños y 150 niñas) repartidos en cinco ciudades españolas: Madrid, Murcia, Cuenca, Granada y Valencia, además de la localidad cántabra de Somo, donde se inició el trabajo de campo en junio de 2024.
En cada localización se seleccionarán 50 participantes distribuidos de manera equitativa por sexo y edad. El estudio se prolongará hasta junio de 2026, periodo durante el cual se llevará a cabo la recogida de muestras, análisis químicos y elaboración de una base de datos que permita la interpretación estadística de los resultados.
Sustancias bajo estudio y posibles efectos en la salud
El análisis se centrará en compuestos con reconocido interés toxicológico y sanitario, entre ellos:
- Bisfenoles (incluido el BPA)
- Ftalatos y sus sustitutos
- Triclosán
- Metales pesados
- Plaguicidas
Además de medir biomarcadores de exposición, se estudiarán biomarcadores de efecto, que permiten detectar cambios biológicos asociados a la exposición química. Estas sustancias químicas están presentes en el entorno cotidiano: alimentos, envases, productos de higiene y el medio ambiente. La evidencia científica ha vinculado su exposición con problemas como alteraciones en el desarrollo, asma, diabetes, obesidad e incluso un mayor riesgo de determinados tipos de cáncer.
Un proyecto alineado con Europa: el papel del Partenariado PARC
El Partenariado Europeo PARC es una iniciativa que busca armonizar la evaluación de riesgos químicos en la Unión Europea. Para ello, los países participantes comparten protocolos comunes de muestreo, análisis químicos y cuestionarios epidemiológicos, lo que permite comparar resultados entre países y obtener conclusiones sólidas a nivel comunitario.
El proyecto cuenta con un estricto programa de aseguramiento y control de calidad, coordinado por el área de Toxicología Ambiental del CNSA-ISCIII, que garantiza la fiabilidad de los análisis. Los resultados finales del Proyecto Esquipi se integrarán en una base de datos europea, con el objetivo de responder a preguntas como:
- ¿Cuáles son los niveles de exposición a compuestos químicos en niños europeos?
- ¿Qué factores influyen en esta exposición?
Impacto esperado: hacia una mejor protección de la salud infantil
Según el ISCIII, los hallazgos de Esquipi y del conjunto de estudios europeos permitirán mejorar el conocimiento sobre los riesgos químicos y, a partir de ello, impulsar medidas reguladoras más seguras. La información generada servirá de base para reducir la exposición infantil a sustancias químicas potencialmente peligrosas, protegiendo así la salud desde las primeras etapas de la vida.
En definitiva, el Proyecto Esquipi supone un avance estratégico en la vigilancia ambiental y sanitaria que tiene que ver con el control de las sustancias químicas, alineado con los compromisos europeos y orientado a garantizar entornos más seguros para las generaciones futuras.
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