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Hablemos de Vladimir Vladilovich Putin. Lo cierto es que escribo este nombre con rabia y con desprecio. Putin es el máximo responsable de la invasión de Ucrania, el hombre de mirada de hielo que ordenó a sus tanques cruzar la frontera y sembrar el país de cadáveres.
Al desatar el ataque pensó que en uno o dos días se haría con la victoria y podría cambiar el gobierno legítimo y democrático de Zelensky por otro de sumisas marionetas al servicio de sus intereses y de Moscú.
Nada contribuyó tanto a la cohesión esencial de Ucrania y a su sentimiento de identidad nacional como esta guerra de Putin.
Putin es el rostro del desolador dramatismo al que estamos asistiendo
Vladimir Putin fracasó en su primera tentativa para entrar en la siniestra KGB, los servicios secretos del Kremlin, el corazón de las tinieblas del régimen comunista asistió a su caída y al derrumbamiento de la URSS.
En aquellos apasionados días en que Gorvachov se movía entre la Perestroika y la transparencia, Putin, alto oficial de la KGB escribió: “El comunismo es un callejón sin salida, lejos de la carretera principal de la civilización”.
Pasadas casi dos semanas de la guerra el dolor y la desesperación tienen mil caras, pero una sola es la cara del responsable, la de Vladimir Putin.
El hombre más odiado y despreciado de la tierra
Incluída Rusia, que vive una angustiosa soledad como nación apestada por los matones delirios del mandatario, el hombre de 69 años, que hasta ahora había jugado el papel de hombre prudente, pero la guerra que declaró contra Ucrania ha puesto las cartas sobre la mesa.
Ya no queda nada por descubrir, el universo mental de Putin siempre fue el de la violencia. La guerra ha sido indisoluble de su reino a lo largo de sus 22 años de poder, comenzó con Chechenia y los atentados no aclarados en Moscú.
En contraposición a Putin, tenemos a Volodymyr Zelensky, el clown ucraniano elegido presidente hace tres años sin la menor experiencia política, pero que en una semana se ha convertido en el gran héroe nacional, tanto en el exterior como en el interior del país. Hoy es el blanco número uno del Kremlin. No teme a Putin y no cesa de animar la resistencia. Decidió quedarse en Kiev, junto a su pueblo.
¿Qué piensan sobre él en España?
La derecha y la ultraderecha española no dejan de calificar al mandatario ruso como un comunista.
Lo hace el presidente de Vox, Santiago Abascal, pese a que hace unos años se apropiaba de frases del propio Putin; y lo hace el PP, desde el senador Rafael Hernando a Toni Cantó, pasando por el diputado madrileño Daniel Portero.
Daniel Portero (PP): “El comunismo de Stalin generó más de 100 millones de muertos. Los comunistas de ETA asesinaron a mi padre. Los comunistas del régimen chino crearon el coronavirus y los de Putin…” pic.twitter.com/FwfGYbMMlp
— El HuffPost (@ElHuffPost) March 3, 2022
Algunos líderes de esa extrema derecha que otrora se inspiraban en el líder ruso, ahora lo rechazan poniendo como excusa sus alianzas con países comunistas y situándolo como un aliado de esta ideología.
Lo que está claro es que Putin es un dictador, sin duda alguna.
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