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París ha sido testigo de un robo insólito. El museo más visitado del mundo, el Louvre, en París, ha sufrido un asalto digno de un guion cinematográfico. En cuestión de minutos, un grupo de ladrones logró hacerse con un botín de varias joyas de la Corona Francesa, cuyo valor patrimonial e histórico ha sido calificado de incalculable por las autoridades. Las piezas sustraídas estaban expuestas en la icónica Galería Apolo del Louvre (galerie d’Apollon), un espacio no solo conocido por la valiosísima colección que alberga, sino también por su opulenta arquitectura barroca, siendo uno de los mejores ejemplos de este arte en Francia.
El plan de los asaltantes habría aprovechado una de las vulnerabilidades del recinto: la instalación de un montacargas por obras de renovación en el ala Denon. Los ladrones accedieron al primer piso, sobre la ‘Pequeña Galería’ (Petite Galerie), donde se ubica la Galería Apolo del Louvre. Una vez dentro, usaron pequeñas motosierras para romper los cristales de las vitrinas y hacerse con el botín, antes de huir en motocicletas en una operación que duró apenas siete minutos.
La historia detrás de la galería Apolo del Louvre
La Galería Apolo del Louvre es un espacio con casi 400 años de historia. Con unos 600 m² de superficie, fue un modelo de inspiración para la célebre Galería de los Espejos del Palacio de Versalles. Alberga en sus vitrinas la exposición de las joyas de la corona francesa, aunque afortunadamente, el diamante Régent no fue sustraído.
No es casualidad que las joyas más preciadas de Francia se hallen en esta sala. Su construcción se remonta a 1661, tras un incendio, cuando Luis XIV, el "Rey Sol", decidió crear una galería aún más hermosa y suntuosa como símbolo de su poder absoluto. Por ello, la sala fue nombrada en honor a Apolo, el dios griego del sol, con quien Luis XIV se identificaba. La decoración de la bóveda, que representa a Apolo recorriendo el cielo, fue encargada a Charles Le Brun, aunque la obra quedó inacabada cuando el monarca se trasladó a Versalles en 1682.
Un tesoro de valor incalculable
Tuvieron que pasar dos siglos para que la obra se retomase, siendo Eugène Delacroix quien, en 1850, recibió el encargo de decorar el centro del techo. Años después, en 1887, se decidió colocar en la Galería Apolo del Louvre la colección de piedras preciosas y joyas de la Corona Francia, un conjunto histórico del que los ladrones han logrado llevarse consigo varias piezas.
La ministra francesa de Cultura, Rachida Dati, ha destacado el "valor patrimonial e histórico incalculable" de las piezas robadas, que representan una parte fundamental de la historia de Francia. Este golpe, perpetrado en la legendaria Galería Apolo del Louvre, reabre el debate sobre la seguridad en el museo más visitado del mundo, mientras la policía continúa la intensa búsqueda de los responsables. Los visitantes no podrán acceder a la Galería Apolo del Louvre mientras la investigación esté en curso.
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