Tardebuena y tardevieja: la nueva forma de celebrar la Navidad que conquista España

EmailFacebookTwitterLinkedinPinterest
23/12/2025 - 10:30
Los términos tardebuena y tardevieja han surgido hace poco para dar nombre a otras celebraciones navideñas

Lectura fácil

No aparecen en el diccionario de la RAE, al menos de momento. Sin embargo, desde hace unos años, tardebuena y tardevieja se repiten cada vez con más naturalidad en conversaciones, carteles municipales y agendas de ocio navideño. Son términos jóvenes, nacidos al calor de un fenómeno igualmente reciente: el tardeo. Y, como ocurre con muchas palabras nuevas, su significado se entiende casi sin necesidad de explicación. Se trata, básicamente, de trasladar el ocio vespertino, ese salir a tomar algo y bailar antes de que anochezca, a los días grandes de la Navidad, el 24 y el 31 de diciembre.

Así, igual que existen la Nochebuena y la Nochevieja, centradas tradicionalmente en cenas largas y celebraciones nocturnas, ahora se consolida una versión adelantada en el tiempo. Más sencilla en su planteamiento, pero tremendamente eficaz en su resultado.

De ocurrencia espontánea a fenómeno consolidado

Lo que comenzó como algo difuso y casi improvisado ha terminado por convertirse en una realidad perfectamente organizada. Hoy, la tardebuena y tardevieja mueven a miles de personas en toda España, se planifican con semanas de antelación y cuentan incluso con el respaldo de los ayuntamientos. Calles cortadas, escenarios, música en directo y barras al aire libre forman ya parte del paisaje urbano de muchas localidades en estas fechas.

Además, el impacto económico es evidente. Para la hostelería, las celebraciones de tardebuena y tardevieja suponen un empujón extra en uno de los meses más importantes del año. Bares y restaurantes ven cómo las cajas se llenan desde el mediodía, en jornadas que antes estaban marcadas casi en exclusiva por los preparativos domésticos.

Aunque la Navidad suele asociarse a la idea de tradición, lo cierto es que nunca ha sido algo estático. A lo largo del tiempo ha ido incorporando nuevas costumbres que, a base de repetirse, han terminado formando parte del imaginario colectivo. En los últimos años se han sumado, por ejemplo, las fiestas de encendido de luces, la competición entre ciudades por tener el árbol luminoso más grande o las populares “preuvas”.

En ese contexto de renovación constante encajan perfectamente la tardebuena y tardevieja. Celebraciones que no sustituyen a las clásicas, pero sí toman el relevo de otras fórmulas que han ido perdiendo fuerza.

El tardeo se cuela en Nochebuena y Fin de Año

La idea es sencilla: adelantar la fiesta. En lugar de arrancar con una cena copiosa que se alarga hasta la madrugada, la celebración empieza a mediodía o a primera hora de la tarde. El escenario ya no es solo el hogar familiar, sino también bares, restaurantes, plazas y calles.

No se trata de eliminar la cena del 24 ni la que precede a las campanadas del 31. Más bien, de replantear los tiempos. Amigos y familiares se reúnen antes, disfrutan juntos durante horas y reservan la noche para algo más tranquilo. Un pequeño desafío a las cenas eternas y a los cotillones de antaño.

La popularidad de estas “previas” navideñas es fácil de comprobar. Basta con buscar “tardevieja” en internet para encontrar anuncios de ayuntamientos como Petrer, Cartagena, Torremolinos, Boadilla del Monte, Dos Hermanas o Fuenlabrada, entre muchos otros. A ello se suman numerosos artículos en prensa regional que relatan cómo la tardebuena y tardevieja han ido ganando adeptos año tras año.

Una hostelera de Zaragoza lo resumía gráficamente en declaraciones al Heraldo: “Es como revivir un día de Fiestas del Pilar en plenas Navidades. Un vermú terrorífico, pero con una facturación maravillosa”. La frase ilustra bien el espíritu del fenómeno.

Cómo se vive la tardebuena y tardevieja

No hay normas escritas. Lo habitual es que el ambiente empiece a animarse a partir de la una del mediodía, o incluso antes, y se prolongue hasta bien entrada la tarde, alrededor de las ocho. Música, copas, encuentros improvisados y un ambiente festivo que recuerda a las grandes fiestas locales, pero con sabor navideño.

Que este fenómeno explote ahora no es casual. La expansión del tardeo en España es una de las claves. A medida que la pirámide poblacional se ensancha en la franja de entre 30 y 50 años, gana peso un ocio que permite disfrutar sin trasnochar ni acabar exhausto al día siguiente.

A ello se suma la herencia de la pandemia. El COVID nos obligó a encerrarnos, pero también nos hizo redescubrir el valor de las calles y las terrazas. Precisamente esos espacios son el corazón de la tardebuena y tardevieja. Según explicaban hosteleros a El Confidencial Digital en 2024, la asistencia a estas previas creció un 25 % en apenas dos años.

Nuevas formas de organizarse

Hay más factores en juego. Las familias pasan menos horas entre fogones, aumentan los encargos a restaurantes y se planifican las fiestas de otra manera. Además, los planes de mediodía y tarde resultan especialmente atractivos cuando hay niños. Por último, la implicación de los ayuntamientos, sobre todo en localidades pequeñas, ha convertido el tardeo navideño en una auténtica celebración comunitaria.

En definitiva, tardebuena y tardevieja no son una moda pasajera, sino el reflejo de cómo cambian los hábitos. La Navidad sigue siendo la misma, pero ahora empieza antes.

Añadir nuevo comentario