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El aumento constante de los precios en el turismo está haciendo que las vacaciones sean cada vez más caras para los españoles. Aunque el gasto medio por persona crece notablemente, la duración de los viajes se mantiene igual que hace diez años. Esta situación está llevando a muchas familias a replantear sus planes y a buscar opciones más económicas para disfrutar de su tiempo libre.
Las vacaciones, cada vez más caras para los españoles
El hecho de irse de vacaciones se está convirtiendo en un lujo para muchas personas en España. Los precios relacionados con el turismo no paran de subir y eso está afectando directamente al número de viajes que hacen los españoles. Aunque el gasto por persona aumenta año tras año, la duración de las vacaciones sigue siendo la misma que hace diez años.
El año pasado, el gasto medio por persona en vacaciones fue de 390 euros, un 42,7 % más que en 2021. Sin embargo, los viajes siguen durando lo mismo: alrededor de una semana en verano. Esta situación se repite también entre los turistas extranjeros, que gastan más dinero pero no alargan sus estancias.
¿Qué ocurrió durante el verano pasado?
En el verano pasado, los españoles realizaron 37,2 millones de viajes por ocio, un 2 % menos que el año anterior. Mientras tanto, el turismo extranjero batía récords. La tendencia a reducir los viajes vacacionales podría mantenerse este verano, ya que los precios continúan subiendo. Solo en el primer trimestre de este año, el gasto medio por persona ya ha subido un 9,3 %.
Ante esta realidad, muchas personas están buscando nuevas formas de disfrutar de sus vacaciones sin gastar tanto. Algunas familias optan por ir al pueblo o a segundas residencias. Otras prefieren comprar paquetes cerrados al extranjero, que a veces resultan más económicos que viajar dentro de España.
Subidas en todos los sectores turísticos
Uno de los motivos principales del aumento del gasto es el encarecimiento de alojamientos y transportes. Los hoteles han subido más de un 50 % desde 2021. Los apartamentos, casas rurales y campings también han incrementado sus precios. Además, volar cuesta más, y los paquetes turísticos son un 44 % más caros que en la etapa posterior a la pandemia.
No solo es más caro viajar, también lo es disfrutar de pequeños placeres durante las vacaciones. Un helado cuesta un 35 % más que en 2021. Los refrescos han subido un 21,5 % y la cerveza, un 25 %. Incluso las patatas fritas han incrementado su precio un 32 %. Los restaurantes tampoco se salvan: comer fuera cuesta un 21,7 % más que hace cuatro años.
A pesar de todo, el deseo de viajar y descansar sigue muy presente. Lo que está cambiando es la forma de hacerlo. Se reducen los días en verano para repartir el presupuesto en escapadas más cortas durante el resto del año. Aun así, los expertos coinciden en que cada vez resulta más difícil encontrar opciones asequibles dentro del país.
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