¿Funcionan los protocolos en la intervención de la violencia laboral?: vías hacia una mejora sostenible

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06/02/2024 - 12:37
La violencia laboral no frena

Lectura fácil

Los protocolos, guías de buen trato y prácticas para la resolución de conflictos, así como la intervención de coaches, son comunes en muchos lugares de trabajo para abordar situaciones de violencia laboral. Sin embargo, no es suficiente. La violencia en el trabajo debe tratarse desde una perspectiva de género e interseccional, y la responsabilidad de resolverla recae en todos los involucrados.

Perspectivas de género en la intervención de la violencia laboral

La implementación de protocolos, guías de buen trato y prácticas para la resolución de conflictos, así como la intervención de coaches en situaciones de violencia laboral, no aborda adecuadamente la complejidad del problema. Es fundamental adoptar una mirada de género e interseccional, y abordar la violencia de manera corresponsable.

Aunque los equipos encargados de elaborar estas herramientas pueden contar con profesionales capacitados, si no involucran a todas las personas en la organización, carecerán de efectividad. Es crucial comprender cómo el sistema patriarcal atraviesa nuestras vidas para realmente erradicar la violencia.

Trabajar en cuestiones de género requiere una profunda integración de la perspectiva de género. No se trata solo de adquirir conocimientos, sino de transformar nuestras estructuras personales arraigadas desde la socialización temprana.

La capacitación en género como motor del cambio social

La capacitación en género no puede limitarse a la teoría; debe ser una experiencia transformadora que modifique nuestras percepciones y comportamientos arraigados en la cultura. Es esencial involucrarse en un proceso colectivo de reflexión y cambio, ya sea de forma presencial o virtual.

Solo adoptando un enfoque integral y comprometido con la transformación social podremos desmantelar las desigualdades que generan violencias, tanto en el ámbito laboral como en otros contextos de nuestra vida.

El artículo "El ABC de la Violencia laboral" de la periodista Alejandra Benaglia ofrece una visión integral sobre la violencia laboral, delineando sus formas y sus impactos en quienes la experimentan. Antes de la ratificación del Convenio 190 de la OIT por parte de Argentina mediante la Ley N° 27.580, el país no contaba con una legislación específica para abordar esta problemática.

Participación colectiva y herramientas efectivas

La Recomendación 206 de la OIT establece que los trabajadores y sus representantes deben participar en la elaboración, aplicación y seguimiento de políticas en el lugar de trabajo. Es fundamental que todas las personas, desde quienes desempeñan roles operativos hasta los líderes jerárquicos, contribuyan en la creación de herramientas para erradicar la violencia laboral.

La falta de eficacia de los protocolos para intervenir en situaciones de violencia laboral radica en la necesidad de una acción colectiva que involucre a todas las partes interesadas. Este enfoque permite que todos se sientan parte del proceso y contribuyan con sus experiencias y perspectivas. La Ley N° 27.499 (Ley Micaela) también es relevante en este contexto, y es esencial revisar y aplicar sus disposiciones.

Es crucial que las personas en situación de violencia conozcan los recursos disponibles en su entorno laboral para buscar ayuda. Tanto el Convenio 190 como la Recomendación 206 ofrecen pautas claras y amplias para abordar esta problemática, invitando a su lectura, comprensión e implementación efectiva.

En la web, hay diversas estructuras para crear protocolos, pero es crucial que cada equipo desarrolle el suyo. Esto asegura que se sientan involucrados y que el protocolo se mantenga a través de cambios administrativos. El impacto social es significativo, ya que este aprendizaje se extiende a la vida personal y familiar. Es esencial cuestionar y reformular nuestros enfoques para erradicar las violencias laborales.

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