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Actividades humanas como la guerra, el comercio y la agricultura ayudaron a propagar el virus del moteado amarillo del arroz (simplemente, virus del arroz) - RYMV, por sus siglas en inglés - por toda África desde mediados del siglo XIX hasta la década de 1970.
Así se deprende de un estudio dirigido por por Eugénie Hébrard, del Instituto de Investigación para el Desarrollo (IRD, por sus siglas en francés), de Francia. El trabajo aparece publicado en la revista ‘PLOS Pathogens’.
El RYMV es un patógeno que infecta el arroz y algunas especies herbáceas relacionadas, y representa una grave amenaza para la producción arrocera en África.
El equipo de investigación comparó las secuencias genéticas que codifican una proteína viral o los genomas virales completos de hasta 335 muestras virales recolectadas en más de dos millones de kilómetros cuadrados en África oriental entre 1966 y 2020.
Basándose en las variaciones y similitudes en las secuencias genéticas, los investigadores hallaron evidencia de que el virus del arroz surgió a mediados del siglo XIX en las Montañas del Arco Oriental, un punto crítico de biodiversidad ubicado en lo que hoy es Tanzania, donde se cultivaba arroz mediante la agricultura de tala y quema.
El origen del virus del arroz y su expansión
El RYMV - conocido comúnmente como virus del arroz- fue descubierto en 1966, pero su origen es mucho más antiguo. Gracias a secuenciaciones genéticas, los investigadores han podido rastrear su origen hasta finales del siglo XIX, situando su punto inicial en el este de África. Desde ahí, comenzó a expandirse hacia el oeste y el sur del continente.
Los factores que favorecieron esta expansión no fueron biológicos, sino sociales y económicos. La guerra, el comercio regional y el crecimiento de los cultivos de arroz fueron claves. Las migraciones humanas por conflictos bélicos, la apertura de nuevas rutas comerciales y el aumento de la demanda de arroz impulsaron su propagación.
Agricultura intensiva y vulnerabilidad del arroz africano
El arroz es un pilar básico de la dieta africana, pero su producción ha dependido históricamente de variedades locales vulnerables al virus. El virus del arroz afecta a la planta debilitando su crecimiento y reduciendo significativamente el rendimiento, en algunos casos hasta un 90 %.
El problema se ha agravado en las últimas décadas debido a la intensificación agrícola. El monocultivo y la falta de rotación de cultivos han facilitado la permanencia y adaptación del virus del arroz en diversas regiones.
A esto se suma el impacto del cambio climático, que está ampliando las zonas de cultivo y con ello el rango de acción del virus del arroz.
Hacia una solución: ciencia y resistencia genética
Frente a esta amenaza, la comunidad científica está desarrollando variedades de arroz resistentes al virus, apoyadas en la edición genética y el cruzamiento con cepas locales más robustas.
Además, los investigadores subrayan la importancia de reforzar los sistemas de vigilancia fitosanitaria, mejorar la biodiversidad en el campo y promover prácticas agrícolas más sostenibles.
También se hace un llamado a los gobiernos africanos para fortalecer las redes de investigación agraria y facilitar el acceso de los agricultores a semillas resistentes y capacitación.
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