El PNUMA prepara alianzas mundiales para proteger el medio ambiente

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28/05/2020 - 09:00
Residuos y restos de material de protección ante coronavirus

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El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) apoya a los miles de millones de personas que sufren la pandemia de COVID-19. La prioridad inmediata es protegerlas. No obstante, el PNUMA también tiene el deber de ayudar a las naciones a reconstruir mejor después de la pandemia a fin de aumentar la resiliencia ante futuras crisis.

El COVID-19 muestra que la salud de las personas y el planeta son indivisibles

El ser humano con su acción, está modificando el entono. Y las personas se enfrentan a situaciones nuevas: el 75% de las enfermedades infecciosas emergentes en humanos provienen de los animales.

A largo plazo observamos como se sucede una trasformación del entorno y del clima que nos rodea. Esto supone una amenaza para el ser humano al ocasionar la muerte de numerosos ecosistemas y pérdida biológica.  

Un mundo natural próspero es fundamental para la salud humana, las sociedades y las economías, ha sido la piedra angular del trabajo del PNUMA”.

¿Qué medidas llevará a cabo el PNUMA?

Ante todo, tender puentes y crear alianzas para minimizar futuras pandemias. Para ello, una adecuada gestión de los ecosistemas y favorecer la diversidad biológica perdida es prioritario para este organismo.

También, la lucha contra el cambio climático y la reducción de la contaminación. El PNUMA apoyará a los países y sus aliados a fin de proporcionar una base científica más sólida, políticas que contribuyan a un planeta más saludable y más inversiones verdes a través de su mandato central y su programa de trabajo.

Se ampliarán y fortalecerán las alianzas con otras entidades de las Naciones Unidas para satisfacer las necesidades de los países conforme avanzan en los Objetivos de Desarrollo Sostenible, el Acuerdo de París y otros acuerdos cruciales.

El PNUMA impulsará una transición justa hacia nuevos modelos económicos que protejan a las personas pobres y vulnerables en todo el mundo, ya que ellas son las que más sufren de las pandemias y la degradación ambiental.

La humanidad debe cambiar

El planeta ha lanzado este mensaje ante la pandemia del coronavirus. La paralización de las economías ha sido una respuesta a corto plazo ante esta amenaza. “Las naciones del mundo solo pueden prosperar si se construyen economías que operen y trabajen con la naturaleza, no en su contra”, señala Inger Andersen, Directora Ejecutiva del PNUMA.

Las alianzas lideradas por el PNUMA para favorecer la Agenda 2030 con los Objetivos de Desarrollo Sostenible y el Acuerdo de París sobre el Cambio Climático son la oportunidad para lograr un futuro mejor, indican desde la organización internacional.

Si estas acciones se hubieran adelantado, la organización indica que los efectos de esta crisis no habrían sido tan devastadores. El mundo estaría más y mejor equipado para hacer frente a COVID-19 al tener sistemas más preparados de salud, menos pobreza, un entorno ambiental más saludable o sistemas más igualitarios entre hombre y mujer.

Adversidades provocadas por el COVID-19 según la organización

Un aumento vertiginoso de los desechos peligrosos como los equipos de protección personal, los productos electrónicos y farmacéuticos, millones de litros de aguas residuales y el uso masivo de detergentes, desinfectantes y soluciones antimicrobianas.

¿Cuál será la respuesta del PNUMA ?

El conocimiento, la información y la concienciación. Se deberá educar a los encargados de tomar decisiones en la primera línea sobre cómo tratar los desechos médicos. Se debe ayudar a las naciones a incorporar estrategias relativas a los residuos pandémicos en la preparación y la respuesta ante las crisis.

Parque Nacional de Doñana en Huelva.
Parque Nacional de Doñana en Huelva

Por todo lo que estamos viviendo, debemos vivir y convivir con un planeta sano. “Es fundamental para nuestra capacidad de recuperación de la pandemia de COVID-19 y para prevenir futuras enfermedades zoonóticas, que son aquellas transmitidas entre animales y humanos”, señalada desde la organización.

El trabajo desde el PNUMA irá encaminado también a las políticas y los marcos jurídicos para la gestión de los residuos contaminados por el virus que causa la COVID-19.

Así mismo, poner atención en la legislación que rige la gestión de los residuos y elaborar orientaciones para adaptarlos a las dificultades que acarrea la COVID-19. También, separación, clasificación, almacenamiento y acopio de desechos de la COVID-19, promoviendo tecnologías y métodos de gestión de residuos ambientalmente seguros, como la solución de almacenarlos temporalmente y evitar los vertidos y la incineración a cielo abierto, que pueden acarrear más problemas de salud.

Crear y cooperar para desarrollar nuevas infraestructuras es una pieza clave para la organización. De este modo se podrá trabajar para reducir los desechos médicos.

Si bien es evidente que es necesario centrarse en la respuesta humanitaria inmediata, los gobiernos no pueden dejar de lado la sostenibilidad ambiental”, señalandesde la organización.

¿Cómo podrían hacerlo?

Esta línea argumental hace referencia a nuevas opciones de políticas basadas en la ciencia.  un nuevo cartografiado mundial de los riesgos del comercio no regulado de especies silvestres, la fragmentación de los hábitats y la pérdida de diversidad biológica; y la ampliación de las respuestas normativas para los países basadas en la demanda.

Desde la entidad, pueden ayudar a cumplir los compromisos adquiridos en estos y otros procesos.

Se prevé un fondo de asistencia de capital inicial para la restauración de bosques y paisajes de la Unión Europea. Estará dotado con 25 millones de euros. El fondo se centrará en la creación de puestos de trabajo y en el empleo rural en las zonas prioritarias gravemente afectadas o amenazadas por la pandemia actual. Otra medida es el Fondo de Resiliencia Comunitaria, estará dotado con 20 millones de euros, y proporcionará pequeñas subvenciones a las comunidades para reconstruir sociedades resilientes con soluciones basadas en la naturaleza. También está previsto ayudar a la agricultura. Un Fondo que tiene un presupuesto de  1.000 millones de dólares de los Estados Unidos, disponibles en préstamos para los agricultores, que facilitará la recuperación económica tras la COVID-19 al acelerar la transformación hacia una agricultura sostenible.

Son unas medidas robustas que podemos empezar a aplicar ayudando en nuestras comunidades. Gestos que podemos hacer para dar grandes pasos ante un cambio global en el que todos estamos implicados.

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