
Lectura fácil
El acoso escolar continúa siendo una de las principales problemáticas sociales dentro del sistema educativo. Sin embargo, su impacto es aún más devastador cuando las víctimas son alumnos con discapacidad. Diversos estudios y organizaciones alertan de que estos estudiantes tienen hasta tres veces más probabilidades de sufrir bullying que sus compañeros sin discapacidad, lo que agrava su situación de vulnerabilidad e impide su pleno desarrollo educativo y emocional.
El acoso escolar y su impacto en alumnos con discapacidad
Aunque las cifras varías según estudios, sea cual sea el estudio, las cifras son altas. Según el último estudio de la Fundación ANAR, el 9,4 % de los alumnos afirma que él o uno de sus amigos es víctima de acoso escolar presencial o digital. Porcentaje que se eleva hasta el 24,9 %, según el V Estudio sobre la percepción del bullying en la sociedad española, de Totto y Educar es Todo.
Y es que, los números se disparan cuando hablamos de discapacidad. Al ser una población vulnerable, también es más propensa a sufrir bullying. De hecho, el 80 % de los alumnos con discapacidad ha sufrido acoso escolar o bullying en algún momento, porcentaje que se eleva hasta el 92 % en la educación ordinaria.
En la educación especial, en cambio, el porcentaje de alumnos que sufren acoso escolar no llega al 3 %. Además, los alumnos con discapacidad, como ya se puso de manifiesto hace casi tres años en la jornada 'Discapacidad y 'bullying' en la escuela', organizada por el CEDDD, no solo tienen un mayor riesgo de sufren un acoso evidente, sino que 3 de cada 10, se ha sentido aislado, rechazado o excluido y un 27,5 % es objeto de burlas constantes.
Tener una discapacidad u otra también condiciona el riesgo de sufrir bullying, pues según datos puestos sobre la mesa en esta misma jornada de CEDDD, los alumnos con discapacidad física son los que más burlas sufren (26,9%), seguido de la discapacidad intelectual o del desarrollo (26,1 %), la visual (17,5 %), la enfermedad mental (15,4 %) y la discapacidad auditiva (14,7 %).
Discapacidad y exclusión: una doble barrera
Los alumnos con discapacidad enfrentan diariamente múltiples barreras, no solo físicas, sino también sociales y actitudinales. Estas barreras se agravan cuando son objeto de burlas, humillaciones o violencia por parte de sus compañeros. Las consecuencias del acoso escolar pueden ser devastadoras: desde bajo rendimiento académico, ansiedad y depresión, hasta el abandono escolar. A menudo, estos casos no son denunciados por miedo o por falta de herramientas adecuadas para hacerlo, lo que perpetúa el sufrimiento en silencio.
Organizaciones como Cermi o Plena Inclusión llevan años denunciando la falta de recursos para una inclusión real y efectiva. Reclaman protocolos específicos en los centros escolares, formación del profesorado y campañas de sensibilización que promuevan la empatía y el respeto hacia la diversidad.
Qué se puede hacer: prevención y apoyo
La clave para erradicar el acoso escolar a estudiantes con discapacidad está en la prevención, la educación en valores y una respuesta institucional contundente. Es necesario formar al personal docente y no docente, implementar programas de convivencia escolar y dar voz a los propios alumnos con discapacidad para que puedan expresar sus necesidades y ser escuchados.
También se requiere mayor implicación por parte de las familias, del entorno escolar y de la administración pública. Dotar a los centros de recursos humanos y materiales, como equipos de orientación y profesionales especializados, es fundamental para garantizar un entorno seguro y respetuoso para todos.
Añadir nuevo comentario