Los expertos advierten que una cuarta parte de la fauna de agua dulce están en peligro de extinción

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08/02/2025 - 08:30
Peligro de la fauna de agua dulce

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Los ecosistemas de agua dulce, que ocupan menos del 1 % de la superficie terrestre, son hogar de una rica biodiversidad, incluyendo el 10 % de las especies conocidas, un tercio de los vertebrados y la mitad de los peces. Sin embargo, esta diversidad está siendo rápidamente amenazada.

Los ecosistemas de agua dulce suponen menos del 1 % de la superficie terrestre

Los ecosistemas de agua dulce cubren menos del 1 % de la superficie terrestre, pero son hogar de una impresionante variedad de vida, que incluye un 10 % de las especies conocidas, un tercio de los vertebrados y la mitad de los peces.

Sin embargo, esta biodiversidad se enfrenta a amenazas graves. Un estudio publicado en Nature y realizado por investigadores de la IUCN muestra que el 24 % de las especies evaluadas, como crustáceos, peces y libélulas, están en peligro de extinción.

Las principales amenazas incluyen la contaminación, la construcción de presas, la sobreexplotación del agua, la agricultura intensiva y la invasión de especies no autóctonas. Entre las especies más afectadas, los decápodos lideran las cifras con un 30 % de especies amenazadas, seguidos por los peces (26 %) y los odonatos (16 %). Además, la falta de recursos y la escasa atención política complican la conservación de estos ecosistemas.

En España, un caso ejemplar de esta crisis, más del 85 % de las especies endémicas de peces de agua dulce están amenazadas debido a la alteración de sus hábitats, la sobrepesca, el cambio climático y la invasión de especies no nativas.

Esta situación pone en riesgo no solo la biodiversidad del agua dulce, sino también los servicios ecosistémicos que estos ambientes proporcionan, como el control de inundaciones, la regulación de nutrientes y la mitigación del cambio climático.

El 37 % de los ríos de más de 1.000 kilómetros han perdido su flujo natural

A nivel mundial, el 37 % de los ríos de más de 1.000 kilómetros han perdido su flujo natural debido a la construcción de embalses. En la Península Ibérica, la situación es aún más grave, ya que casi todos los ríos han sido interrumpidos por infraestructuras hidráulicas. Esto ha favorecido la expansión de especies invasoras y ha mermado la capacidad de los ecosistemas acuáticos para regenerarse.

El estudio también señala que las políticas de conservación globales no siempre reflejan las verdaderas necesidades de la fauna acuática. Las estrategias hasta ahora han dependido principalmente de indicadores relacionados con animales terrestres, como anfibios y mamíferos, o factores abióticos como la calidad del agua.

Sin embargo, estas métricas no son suficientes para abordar las amenazas específicas que enfrentan los ecosistemas de agua dulce.

Varios expertos como la profesora Graciela Gómez Nicola, de la Universidad Complutense de Madrid, insisten en la necesidad urgente de reconocer el valor de la biodiversidad acuática y de destinar más recursos a su conservación.

¿Existen soluciones?

Las soluciones existen, como el uso de técnicas avanzadas de análisis de ADN ambiental y una gestión más inclusiva y sostenible, pero requieren un compromiso político y social.

Miguel Clavero, del CSIC, subraya que la conservación de los ecosistemas acuáticos no puede seguir siendo una prioridad secundaria. En España, aunque se están desarrollando planes para controlar especies invasoras, como el cangrejo de río italiano, especies en peligro crítico como la anguila europea siguen siendo explotadas comercialmente, lo que refleja la desconexión entre las políticas existentes y las necesidades reales de los ecosistemas acuáticos.

El deterioro de estos hábitats está poniendo en peligro tanto la biodiversidad como los servicios ecosistémicos esenciales para la vida humana. La conservación de los ecosistemas de agua dulce requiere un enfoque renovado y un cambio en la gestión de los recursos hídricos, donde la regeneración de estos ecosistemas sea una prioridad fundamental.

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