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El ocio es un derecho fundamental, un espacio para el juego, la socialización y el desarrollo personal que debería estar al alcance de todos. Sin embargo, para muchos jóvenes con discapacidad, actividades tan cotidianas como ir a un campamento de verano, participar en una excursión o apuntarse a un taller municipal pueden convertirse en una carrera de obstáculos, no solo físicos, sino también sociales. Para derribar estas barreras invisibles, el Gobierno de Aragón, a través del Instituto Aragonés de la Juventud (IAJ) y en estrecha colaboración con CERMI Aragón, ha lanzado una guía pionera de buen trato a jóvenes con discapacidad en el ocio y el tiempo libre.
Esta iniciativa, lejos de ser un simple manual de buenas intenciones, es una herramienta eminentemente práctica, diseñada para ser el libro de cabecera de monitores, educadores y cualquier profesional que organice actividades para la juventud. Su objetivo es claro: pasar de un modelo meramente asistencialista a un enfoque basado en los derechos, la autonomía y la inclusión real, garantizando que cada joven pueda disfrutar del ocio en igualdad de condiciones.
Más allá de la buena voluntad está la necesidad de pautas claras
La discriminación en el ocio no siempre es intencionada. A menudo, nace del desconocimiento, de los prejuicios inconscientes o del miedo a "hacerlo mal". Un monitor puede, con la mejor de las intenciones, sobreproteger a un joven con discapacidad, infantilizar su lenguaje o excluirlo indirectamente de una actividad por no saber cómo adaptarla. La guía busca combatir precisamente esto, ofreciendo pautas claras y específicas.
El documento arranca con un decálogo de buenas prácticas que sirve como marco general de actuación. Entre sus principios destacan ideas tan fundamentales como:
- Fomentar la autonomía: "No tomes las decisiones por la persona, deja que sea ella misma quien las tome".
- Escuchar activamente: Prestar atención no solo a las palabras, sino también a los gestos y a las necesidades no verbalizadas.
- Utilizar un lenguaje respetuoso y positivo: Evitar términos condescendientes o infantilizantes como "pobrecito" o hablar de la discapacidad como una "desgracia".
- Promover la empatía entre todos los participantes: El objetivo no es solo integrar al joven con discapacidad, sino crear un grupo donde todos aprendan de la diversidad.
Un enfoque práctico: pautas específicas para cada tipo de discapacidad
La gran fortaleza de la guía es que no se queda en generalidades, sino que dedica apartados específicos a los diferentes tipos de discapacidad, entendiendo que cada una requiere un enfoque distinto. Con la colaboración de las entidades que forman parte de CERMI Aragón (como Fundación Dfa o Autismo Aragón), se ofrecen consejos concretos:
- Para jóvenes con discapacidad física: Se incide en la importancia de preguntar siempre antes de ofrecer ayuda (por ejemplo, al empujar una silla de ruedas) y en dirigirse a la persona, no a su acompañante.
- Para jóvenes con parálisis cerebral: Se subraya la necesidad de darles tiempo para comunicarse, ya que su habla puede ser más lenta, y de no presuponer una discapacidad intelectual.
- Para jóvenes con Trastorno del Espectro Autista (TEA): Se recomienda usar un lenguaje literal y claro (evitar ironías), anticiparles las actividades con horarios visuales para reducir su ansiedad, y respetar su necesidad de espacio personal y de momentos de calma si se sienten sobreestimulados.
- Para jóvenes con discapacidad intelectual: La clave es usar un lenguaje sencillo y apoyos visuales como pictogramas, pero nunca hablarles como si fueran niños pequeños si son adolescentes o adultos. Se debe fomentar su capacidad de elección en todo momento.
Una herramienta para transformar el ocio en Aragón
Esta guía es el resultado de un proceso participativo, recogiendo la experiencia y el conocimiento de las propias entidades que trabajan día a día en el terreno. Se ha complementado con un ciclo de sesiones formativas online en las que han participado decenas de profesionales del tiempo libre, demostrando el enorme interés y la necesidad que existía en el sector.
Con esta iniciativa, Aragón se posiciona como un referente en la promoción del ocio inclusivo. Demuestra que la inclusión real no solo requiere de rampas y recursos, sino también de un cambio de mirada y de una formación específica que dote a los profesionales de las herramientas necesarias para crear entornos verdaderamente seguros, accesibles y amigables para todos.
Como concluyen sus impulsores, el objetivo final es que cualquier joven en Aragón, independientemente de sus capacidades, pueda mirar el folleto de un campamento de verano y pensar: "Yo también puedo ir".
[Puedes descargar la guía haciendo clic en este enlace]
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