Estas bacterias cuidan de insectos y ayudan a entender cómo les afecta el cambio climático

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22/09/2023 - 10:56
Bacterias e insectos. El hospedador de Arsenophonus nasoniae

Lectura fácil

Las bacterias 'Arsenophonus nasoniae', consideradas unas ‘centinelas’ para el cambio climático, estás ampliamente distribuidas en Europa y los nidos de las aves actúan como reservorio a través de su hospedador natural: la avispilla 'Nasonia vitripennis'.

Así se explica en un estudio internacional liderado por la Universidad de Liverpool (Reino Unido) y en el que ha colaborado la Universidad de Granada.

La bacteria 'A. nasoniae', puede usarse para entender las relaciones entre las bacterias endosimbiontes (asociación en la cual un organismo habita en el interior de otro organismo) y sus hospedadores insectos, además de ser usadas como centinelas de los efectos del cambio climático en insectos.

Estas bacterias están extendidas desde Portugal hasta Finlandia, pasando por Reino Unido, Alemania o Suiza

Los microbios que se comportan como parásitos reproductivos y que se heredan de madres a hijas son bastante comunes en los insectos.

Dentro de la gran variedad de estos microbios se encuentra 'A. nasoniae', una bacteria capaz de matar a la descendencia masculina de su hospedador natural, la avispilla 'N. vitripennis'.

La presencia de esta bacteria en las hembras hace que los embriones de los futuros machos sean inviables, lo que provoca que prácticamente toda la descendencia sean hembras.

Este truco favorece la transmisión de esta bacteria, ya que eliminando a los embriones macho aumenta los recursos para los embriones hembra, que son las únicas capaces de transmitir la bacteria a la siguiente generación.

La avispilla 'N. vitripennis' es un insecto muy común en los nidos de las aves, que parasita, a su vez, a las pupas de mosca que se encuentran en dichos nidos.

En la actualidad, las bacterias endosimbióticas están siendo muy estudiadas para su potencial uso como herramientas de control de insectos (que a su vez transmiten enfermedades como el dengue, la malaria o la fiebre occidental del Nilo).

A pesar del éxito obtenido por la más famosa de estas bacterias ('Wolbachia') en el control del dengue, poco se sabe de los mecanismos genéticos responsables de las interacciones entre endosimbiontes e insectos, de cómo evaden al sistema inmune del hospedador o de cómo consiguen afectar a la reproducción de sus hospedadores.

Sirven como una herramienta eficaz de control de plagas de insectos, así como para estudiar los efectos que causa el cambio climático en los insectos

'A. nasoniae' es una de las pocas bacterias endosimbiontes que puede ser cultivada en el laboratorio y en la que se pueden usar herramientas genéticas para analizar el rol de cada gen en estas simbiosis.

Además, los endosimbiontes de insectos pueden ser usados para estudiar los efectos del cambio climático, ya que muchas de estas bacterias son sensibles a la temperatura.

“En el caso de 'A. nasoniae', su límite de temperatura se encuentra en los 32-33ºC. Es decir, temperaturas mayores que estas pueden detener su crecimiento o incluso eliminar a la propia bacteria dentro de su hospedador”, indica Pol Nadal, autor principal del estudio e investigador en la Universidad de Liverpool.

Las bacterias endosimbiontes como 'A. nasoniae' contribuyen positivamente a los insectos aportando moléculas esenciales para su crecimiento y supervivencia, lo que podría ser clave para determinar el límite geográfico del hospedador.

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