Bizitza Osoa busca fomentar el bienestar psicológico y emocional de la persona con síndrome de Down

EmailFacebookTwitterLinkedinPinterest
07/08/2021 - 10:30
Participantes de la actividad 'Downzas' organizada por la Asociación de Síndrome de Down de Navarra.

Lectura fácil

El proyecto Bizitza Osoa ha sido todo un éxito en Down Navarra. De hecho, son pioneros en el sector de la discapacidad en dicha comunidad autónoma en emplear técnicas novedosas como el Biofeedback o el Mindfulness, dos de las herramientas protagonistas en este proyecto que comenzó en septiembre y finalizó recientemente financiado por el programa Innovasocial de Fundación Caja Navarra y Obra Social La Caixa.

El objetivo principal de Bizitza Osoa es trabajar por el bienestar psicológico y socioemocional de la persona con síndrome de Down

Se han conseguido resultados muy positivos a través de una atención individualizada a la persona y su familia, técnicas novedosas como el Biofeedback o el Mindfulness y planes de apoyo que facilitasen la consecución de un proyecto de vida propio. 

El Biofeedback consiste en que, a través de gafas de realidad virtual y con una aplicación informática, las profesionales presentan diferentes entornos que pueden ser estresantes para las personas participantes en el proyecto y modifican las variables para que esas personas se adapten a ese entorno. El objetivo es trabajar respuestas alternativas a la ansiedad.

El Mindfulness es una técnica grupal que según explican desde la asociación "trabaja en centrase en el aquí y ahora, en que emoción estoy viviendo, mirada hacia uno mismo, como soy como me siento para afrontar distintas situaciones".

Un 75 % ha mejorado en sus habilidades adaptativas y funcionales (comunicativas, sociales y relacionales, de autocuidado y de utilización de recursos comunitarios) y un 25 % las ha mantenido. Asimismo, un 68 % de las personas participantes ha mejorado sus capacidades cognitivas.

Bizitza Osoa busca fomentar el bienestar psicológico y emocional de la persona con síndrome de Down facilitando instrumentos y recursos para que puedan manejarse de manera eficaz y adecuada frente a las dificultades que van surgiendo a lo largo de su historia vital en su proceso de envejecimiento. De hecho, ha supuesto un antes y un después en la vida de las 25 personas adultas y jóvenes que se han beneficiado de él.

¿Qué buscaba Bizitza Osoa?

  • Fomentar un bienestar psicológico y socioemocional a través de una atención psicológica individualizada a través de técnicas individuales y grupales (Role Playing, Gestión Emocional, Biofeedback, Mindfulness, Estimulación Cognitiva…)
  • Prevenir problemas de salud mental y/o trastorno dual asociados a personas con síndrome de Down (ansiedaddepresión, tocs…) a través del uso de técnicas innovadoras como el biofeedback.
  • Mejorar las funciones cognitivas y las habilidades y competencias sociales y relacionales a través de estrategias de autocontrol, relajación, de reducción de la ansiedad y de bienestar, a través de la práctica del Mindfulness
  • Derivar a consultas especializadas aquellos casos en los que hay sospecha de trastorno dual y/o deterioro cognitivo y llevar cabo un seguimiento e intervención de los mismos.
  • Favorecer un envejecimiento activo y saludable apoyando y guiando a la persona, familia y red de apoyos en la elaboración y seguimiento de su Proyecto de Vida.

Entender el síndrome de Down

El síndrome de Down es una alteración genética causada por la existencia de material genético extra en el cromosoma 21 que se traduce en discapacidad intelectual. Lo normal es que las personas al nacer tengan 46 cromosomas, pero en el caso de los recién nacidos con Down, este número es mayor.

La consecuencia más evidente para las personas que viven con esta condición es un desarrollo incompleto a nivel cerebral, que provoca discapacidad intelectual y algunos trastornos físicos, que afectan el sistema digestivo y también provoca daños en el corazón.

La incidencia estimada de este síndrome a nivel mundial se sitúa entre 1 de cada 1.000 y 1 de cada 1.100 recién nacidos.

Las personas con este síndrome suelen presentar más problemas de salud en general. Sin embargo, los avances sociales y médicos han conseguido mejorar la calidad de vida de este colectivo. A principios del siglo XX, se esperaba que los afectados  vivieran menos de 10 años. Ahora, cerca del 80 % de los adultos que lo padecen superan la edad de los 50 años. Un trabajo médico y parental en edades tempranas favorece la calidad de vida y la salud de quienes sufren este trastorno genético al satisfacer sus necesidades sanitarias, entre las cuales se incluyen chequeos regulares para vigilar su desarrollo físico y mental, además de una intervención oportuna, ya sea con fisioterapia, educación especial inclusiva u otros sistemas de apoyo basados en comunidades. 

Añadir nuevo comentario