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Las condiciones meteorológicas extremas que nacen del cambio climático están generando un aumento alarmante de los desplazamientos forzados en comunidades que ya sufren los efectos de la violencia y la pobreza.
Según el informe “Sin escape II: El camino a seguir” publicado por Acnur, tres de cada cuatro personas refugiadas o desplazadas por conflictos viven hoy en países altamente expuestos a riesgos climáticos graves. El documento, presentado en el marco de la próxima cumbre climática COP30, advierte de que el impacto del calentamiento global está agravando las crisis humanitarias y alimentando nuevos ciclos de desplazamiento.
Millones de desplazamientos provocados por desastres naturales causados por el cambio climático
El estudio de Acnur revela que, durante la última década, los desastres relacionados con el clima han causado unos 250 millones de desplazamientos internos en los países de origen, lo que equivale a aproximadamente 70.000 personas obligadas a abandonar sus hogares cada día.
A principios de este año, 1,2 millones de refugiados lograron regresar a sus lugares de origen, aunque la mitad de ellos se asentaron nuevamente en zonas especialmente vulnerables al cambio climático, lo que los expone a repetir el ciclo de pérdida y huida.
El informe subraya que los fenómenos meteorológicos extremos, como sequías prolongadas, inundaciones y olas de calor, están deteriorando la seguridad, la economía y las condiciones de vida en los territorios más frágiles del planeta. La combinación de crisis ambientales y conflictos armados está dejando a millones de personas sin alternativas seguras.
El continente africano se presenta como una de las regiones más afectadas por este fenómeno. En África, el 75 % del suelo sufre degradación, lo que amenaza directamente la producción agrícola y el acceso a los alimentos. Además, más de la mitad de los asentamientos de refugiados se encuentran ubicados en áreas con alto nivel de estrés climático, donde la falta de agua y el aumento de las temperaturas hacen casi imposible sostener una vida digna.
El informe advierte que, de cara a 2050, los quince campamentos de refugiados más expuestos al calor extremo, ubicados principalmente en Gambia, Eritrea, Etiopía, Senegal y Malí, podrían enfrentar hasta 200 días o más de estrés térmico peligroso al año.
Para 2040, el número de países en riesgo extremo por los efectos del cambio climático pasaría de tres a sesenta y cinco, un aumento que podría multiplicar las crisis de desplazamiento.
Escasez y conflicto: un círculo vicioso
Acnur también alerta sobre las consecuencias sociales de la degradación ambiental. En regiones como el Sahel, la reducción de los recursos naturales está limitando el acceso a alimentos, agua e ingresos, lo que genera tensiones entre comunidades y aumenta el riesgo de violencia.
En algunas zonas, las pérdidas de medios de vida derivadas del cambio climático están incentivando el reclutamiento por parte de grupos armados, una situación que demuestra cómo el deterioro ambiental y los conflictos se retroalimentan mutuamente.
De esta manera, el cambio climático no solo provoca desplazamientos, sino que también profundiza la inestabilidad política y social, atrapando a millones de personas en un ciclo continuo de pobreza, violencia y migración forzada.
El alto comisionado de la ONU para los Refugiados, Filippo Grandi, advirtió que las condiciones meteorológicas extremas “ponen en mayor peligro la seguridad de las personas” en todo el mundo.
“Están destruyendo hogares y medios de vida, interrumpiendo el acceso a servicios básicos y obligando a las familias a huir una vez más”, explicó Grandi, recordando que muchas de esas personas ya han perdido todo una vez y carecen de los recursos necesarios para reconstruir sus vidas.
El responsable de Acnur destacó que los refugiados son quienes más sufren los efectos de sequías, inundaciones mortales y olas de calor sin precedentes, pese a ser quienes menos contribuyen al cambio climático. Además, señaló que los recortes de financiación internacional en materia de ayuda humanitaria y acción climática, como los aplicados por países donantes, entre ellos Estados Unidos, están limitando gravemente la capacidad de respuesta de las organizaciones que trabajan sobre el terreno.
Llamado urgente a una acción climática efectiva
El informe concluye con un llamado claro: para evitar nuevos desplazamientos y reducir la vulnerabilidad de las comunidades más afectadas, la financiación climática debe llegar directamente a quienes viven al límite de la supervivencia.
Grandi insistió en que no se puede abandonar a las comunidades refugiadas y desplazadas frente a una crisis que no provocaron.
“Esta COP debe traducirse en acciones concretas y no en promesas vacías”, advirtió, subrayando la necesidad de medidas reales que combinen la protección humanitaria con la adaptación climática.
El mensaje de Acnur es contundente: mientras el planeta sufre los estragos del cambio climático, millones de personas quedan atrapadas entre la violencia y el colapso ambiental. Solo un compromiso global firme, con recursos adecuados y políticas sostenibles, podrá romper el ciclo de desplazamiento y ofrecer una esperanza de futuro a quienes hoy no tienen a dónde escapar.
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