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Un estudio internacional reciente advierte que el calentamiento global, al elevar las temperaturas de mares, ríos y lagos, está reduciendo la cantidad de oxígeno disuelto en el agua. Este fenómeno, causado por la menor solubilidad del oxígeno en ambientes cálidos, representa un desafío para muchos organismos acuáticos que dependen del oxígeno para sobrevivir, como peces, microorganismos y especialmente insectos acuáticos.
Las consecuencias no se limitan a la supervivencia de estas especies: también afectan directamente su tamaño corporal. Según la investigación, liderada por la Estación Biológica de Doñana del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), los insectos acuáticos están experimentando una reducción en su tamaño, lo que puede comprometer su desarrollo y funciones ecológicas esenciales.
El vínculo entre temperatura, oxígeno y tamaño corporal influye en la superviviencia de los insectos acuáticos
El estudio, publicado en la revista Ecological Entomology, destaca que las altas temperaturas alteran el equilibrio de los ecosistemas acuáticos, no solo por el calor en sí, sino por los cambios fisiológicos que impone a los organismos. Uno de los autores principales, Viktor Baranov, investigador del CSIC, señala que este fenómeno es parte de un “declive general de los insectos”, ya que no solo disminuye su número, sino también su tamaño.
Para probar esta hipótesis, el equipo científico realizó un experimento controlado con larvas de Chironomus riparius, una especie de mosquito no picador muy común en cuerpos de agua dulce. La investigación contó con la colaboración de la Universidad de Granada y la Academia de Ciencias de Eslovaquia.
El experimento consistió en exponer a las larvas de Chironomus riparius a seis condiciones distintas, combinando dos niveles de temperatura (20°C y 30°C) con tres concentraciones de oxígeno (alta, media y baja). El objetivo era observar cómo la combinación de calor y disponibilidad de oxígeno afectaba el tamaño corporal y la supervivencia de las larvas.
Los resultados confirmaron que, al aumentar la temperatura y disminuir el oxígeno, los insectos acuáticos eran significativamente más pequeños y presentaban menor capacidad de sobrevivir. Esta reducción de tamaño no es un simple dato curioso: implica una pérdida de eficiencia en funciones como la reproducción, la alimentación o el papel que estos insectos desempeñan dentro de la red trófica.
Impacto ecológico: menos insectos, más problemas
La disminución del tamaño y abundancia de los insectos acuáticos tiene efectos en cadena sobre los ecosistemas. Al ser una parte esencial de la dieta de peces y otros animales acuáticos, su declive puede afectar la disponibilidad de alimento en niveles superiores de la cadena alimentaria. Esto podría traducirse en una menor presencia de peces y, eventualmente, en el deterioro general de la biodiversidad acuática.
Los investigadores advierten que esta tendencia, si no se revierte, puede comprometer el equilibrio ecológico de numerosos hábitats de agua dulce, lo que repercutirá en sectores como la pesca, la calidad del agua y la estabilidad de los ecosistemas naturales.
Un modelo clave para entender el cambio ambiental
Chironomus riparius, pese a no picar ni alimentarse de sangre, es genéticamente similar a los mosquitos comunes. Su genoma ha sido secuenciado, lo que lo convierte en un organismo modelo ideal para estudiar cómo los contaminantes y el estrés ambiental afectan a los ecosistemas acuáticos. Ya en 2021, Viktor Baranov participó en otro estudio que relacionaba la temperatura del agua con el tamaño de estos insectos acuáticos, lo que refuerza la evidencia de que el calentamiento global tiene un efecto directo sobre su desarrollo.
Los hallazgos de este estudio son una nueva llamada de atención sobre las múltiples formas en que el cambio climático afecta a los ecosistemas. La reducción en el tamaño de los insectos acuáticos, lejos de ser un fenómeno aislado, es un indicador de desequilibrios mayores. Preservar la calidad del agua y mitigar el calentamiento global son pasos fundamentales si se quiere garantizar la salud y sostenibilidad de nuestros entornos naturales.
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