
Lectura fácil
En un continente que envejece y donde la diversidad funcional es una realidad creciente, el diseño de nuestras ciudades se ha convertido en un factor determinante para la calidad de vida y la cohesión social. En este contexto, la Comisión Europea, en una estrecha colaboración con el Foro Europeo de la Discapacidad, ha lanzado oficialmente la convocatoria para los premios Ciudad Europea Accesible 2026. Lejos de ser un mero galardón, esta iniciativa, que se celebra desde 2010, es el principal motor para reconocer e incentivar a las ciudades de la UE que han hecho de la inclusión una prioridad estratégica en su desarrollo urbano.
La filosofía que impulsa estos premios queda perfectamente resumida en las palabras del Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad (CERMI), que actúa como jurado en la fase española: "La accesibilidad es la llave maestra que abre las puertas a los servicios, edificios y espacios de la ciudad, para que las personas con discapacidad puedan tomar las riendas de sus vidas, vivir de forma independiente y participar plenamente en la comunidad".
¿Qué valora realmente el premio Ciudad Europea Accesible?
El galardón no busca premiar un único proyecto aislado, sino un enfoque integral y un compromiso político sostenido en el tiempo. Las ciudades candidatas, que deben tener más de 50.000 habitantes, son evaluadas en función de las medidas que han implementado para eliminar las barreras en cuatro áreas fundamentales, entendidas desde una perspectiva moderna y amplia:
- Entorno físico y espacios públicos: No se trata solo de la eliminación de barreras arquitectónicas evidentes. Un jurado en 2026 valora aspectos como la instalación de pavimento podotáctil para guiar a personas ciegas, la existencia de parques infantiles con juegos inclusivos, la instalación de bucles magnéticos en teatros y cines para personas con audífonos, o la disponibilidad de bancos y zonas de descanso en las rutas peatonales para personas mayores.
- Transporte público: La evaluación va más allá de tener autobuses con rampa. Se analiza si toda la cadena de transporte es accesible: desde la compra del billete en una máquina usable por todos, hasta la información en tiempo real (visual y sonora) en las paradas, o la existencia de aplicaciones de transporte público compatibles con lectores de pantalla.
- Comunicación y tecnologías de la información: En la era digital, esta es una dimensión crítica. Se valora si la página web del ayuntamiento cumple con las normas de accesibilidad web (WCAG), si los trámites online son sencillos (accesibilidad cognitiva), y si las comunicaciones importantes del consistorio se ofrecen en formatos alternativos como la Lectura Fácil o con interpretación a Lengua de Signos Española.
- Participación y servicios públicos: Una ciudad verdaderamente Ciudad Europea Accesible no solo construye para las personas con discapacidad, sino que construye con ellas. Se valora muy positivamente la existencia de consejos municipales de la discapacidad, la implicación de las asociaciones en el diseño de nuevos proyectos y la accesibilidad de todos los servicios públicos, desde bibliotecas hasta polideportivos.
El camino a la final: el proceso de selección y el papel de España
Las ciudades interesadas tienen hasta el 10 de septiembre de 2025 para presentar sus candidaturas a través del portal oficial de la Comisión Europea. El proceso consta de dos fases. Primero, se realiza una preselección a nivel nacional. En España, el jurado encargado de esta fase es el CERMI, que evalúa las candidaturas presentadas al premio Ciudad Europea Accesible y selecciona las finalistas que representarán al país en la competición europea.
Posteriormente, un jurado europeo, compuesto por expertos en accesibilidad y representantes de la Comisión y del Foro Europeo de la Discapacidad, elige a la ciudad ganadora y otorga menciones especiales. Ciudades españolas como Ávila, Lugo, Palma o la reciente ganadora San Cristóbal de La Laguna (Tenerife) ya han sido reconocidas en ediciones anteriores, demostrando el alto nivel de compromiso de muchos municipios de nuestro país.
Más allá del galardón: el impacto de ser una ciudad accesible
Ganar el premio Ciudad Europea Accesible supone un enorme prestigio y visibilidad internacional. La ciudad ganadora recibe 150.000 euros para seguir mejorando, pero el verdadero valor del galardón es intangible.
- Impulso al turismo accesible: Ser reconocida como una ciudad accesible atrae a un segmento creciente y fiel del mercado turístico: personas con discapacidad, personas mayores y sus familias, que buscan destinos donde puedan moverse con autonomía y seguridad.
- Fomento del Diseño Universal: La accesibilidad, cuando se planifica desde el principio (Diseño Universal), beneficia a toda la población. Una rampa la usa una persona en silla de ruedas, pero también un padre con un carrito de bebé o un repartidor. Una web con buen contraste la agradece una persona con baja visión, pero también cualquiera que la consulte a pleno sol.
- Creación de una red de buenas prácticas: Las ciudades premiadas como Ciudad Europea Accesible se convierten en un faro de inspiración para otras, creando una red europea donde se comparten conocimientos y soluciones innovadoras, acelerando la transformación de todo el continente.
En definitiva, la convocatoria de estos premios Ciudad Europea Accesible es mucho más que una competición. Es un recordatorio anual de que el progreso de una ciudad no se mide solo en sus infraestructuras o en su crecimiento económico, sino en su capacidad para no dejar a nadie atrás. Es una invitación a construir ciudades más humanas, cohesionadas y, en última instancia, más inteligentes.
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