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Estados Unidos y China alcanzan un histórico acuerdo para reducir aranceles y establecer diálogo comercial permanente

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15/05/2025 - 09:30
Negociaciones entre Estados Unidos y China para reducir aranceles

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En un movimiento que marca un giro significativo en la reciente escalada de tensiones comerciales, Estados Unidos y China han acordado este lunes reducir sustancialmente los aranceles impuestos mutuamente en el contexto de la guerra comercial iniciada semanas atrás por la administración de Donald Trump. Además, ambas naciones establecerán un mecanismo de diálogo permanente que buscará prevenir futuras crisis de este tipo, según informaron fuentes oficiales al término de una nueva ronda de negociaciones realizada en Ginebra.

El acuerdo representa la señal más clara hasta ahora de que Washington y Pekín buscan evitar que las tensiones comerciales desemboquen en una confrontación económica a gran escala que podría afectar no solo a sus economías con los aranceles, sino también al comercio global.

Reducción significativa de aranceles a partir del 14 de mayo

Según el comunicado conjunto emitido por ambas delegaciones, las rebajas de aranceles comenzaron a aplicarse ayer, día 14 de mayo y se mantendrán durante un periodo inicial de 90 días, con posibilidad de revisión.

China se ha comprometido a reducir sus aranceles sobre los productos estadounidenses de un imponente 125 hasta el 10 %, una medida que busca aliviar la presión sobre las exportaciones norteamericanas, especialmente del sector agrícola y manufacturero.

Por su parte, Estados Unidos hará lo propio al recortar los gravámenes que pesan sobre las importaciones chinas, reduciéndolos del 145 al 30 %. Este gesto, que ha sido interpretado como una señal de apertura, busca facilitar la llegada de bienes de consumo y componentes electrónicos procedentes de China, reduciendo así el impacto inflacionario en el mercado interno estadounidense.

Uno de los avances más destacados de esta ronda de conversaciones ha sido el establecimiento de un canal permanente de consultas, cuyo objetivo será gestionar los desacuerdos comerciales de manera diplomática y evitar futuras escaladas como la que se ha vivido en los últimos meses con los aranceles.

Por parte de China, el encargado de liderar estas conversaciones será He Lifeng, actual vice primer ministro del Consejo de Estado, quien cuenta con una amplia experiencia en temas económicos. En el caso de Estados Unidos, los designados han sido Scott Bessent, secretario del Tesoro, y Jamieson Greer, representante comercial del país, quienes han sido piezas clave en las actuales negociaciones.

Primer diálogo directo sobre la crisis del fentanilo

Durante las reuniones, por primera vez se abordó de manera directa una preocupación que ha sido constante para Estados Unidos: la crisis del consumo de fentanilo. Este potente opioide sintético, cuya producción y tráfico ilícito ha estado vinculado a componentes químicos provenientes de China, ha generado una epidemia de salud pública en suelo estadounidense.

Jamieson Greer destacó que la disposición de Pekín a discutir el tema abiertamente fue "sorprendente", dado que hasta ahora China había evitado reconocer la magnitud del problema. En este sentido, Washington ha solicitado a las autoridades chinas que intensifiquen sus esfuerzos para frenar la producción y exportación ilegal de precursores químicos empleados en la elaboración del fentanilo.

Un clima de respeto y cooperación abre nuevas puertas

Scott Bessent, en sus declaraciones al término de las reuniones, se mostró optimista respecto a los resultados obtenidos. Subrayó que el ambiente que imperó durante los dos días de negociaciones fue de respeto mutuo y apertura, lo que permitió avanzar en puntos que habían permanecido bloqueados durante semanas.

Bessent también valoró como uno de los logros más importantes el haber creado un espacio para la reparación de las relaciones bilaterales, seriamente dañadas por la reciente guerra comercial. En su opinión, el nuevo mecanismo de consulta permitirá desescalar tensiones futuras antes de que estas se conviertan en conflictos abiertos que puedan perturbar los mercados internacionales.

Un acuerdo inicial con desafíos pendientes

Aunque el acuerdo alcanzado representa un avance positivo, expertos advierten que aún persisten desafíos estructurales en la relación comercial entre Estados Unidos y China, que requerirán negociaciones más profundas y sostenidas.

No obstante, la apertura de este canal de diálogo permanente y las rebajas de aranceles iniciales podrían sentar las bases para un futuro entendimiento más amplio, en beneficio tanto de las economías de ambas naciones como del comercio global en general.

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