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España ocupa el quinto puesto entre los países de la UE que más han aumentado la cuota de energías renovables en la producción neta de electricidad desde 2017, año en que comienza la serie histórica de Eurostat con datos de todos los Estados comunitarios.
Esa cuota no debe confundirse con la de renovables en el consumo bruto de electricidad, que es el principal indicador utilizado para supervisar la Directiva de Energías Renovables.
De hecho, las metodologías utilizadas para calcular cada una de ellas difieren. La cuota en la producción eléctrica neta se basa solo en la generación de electricidad, mientras que la del consumo bruto divide la generación eléctrica por el consumo de electricidad, lo que puede dar lugar a cuotas superiores al 100 %.
Además, la cuota según la Directiva de Energías requiere que la hidroeléctrica y la eólica se promedien a lo largo de varios años para suavizar los efectos de la variación meteorológica, y considera la electricidad procedente de biocombustibles sólidos, líquidos y gaseosos como renovable solo cuando estos biocombustibles cumplen los criterios de sostenibilidad.
España avanza en la transición energética
España se ha posicionado como el quinto país con mayor incremento en la cuota de energías renovables desde 2017, consolidándose como un referente en la transición energética en Europa.
Este avance responde a políticas enfocadas en la reducción de emisiones, la descarbonización y el impulso de fuentes de energía limpia como la solar y la eólica.
Factores clave del crecimiento en renovables
El crecimiento de las energías renovables en España se debe a varios factores. Entre ellos destacan las inversiones en infraestructuras energéticas, la apuesta por la independencia energética y el compromiso con los objetivos climáticos de la Unión Europea.
Además, el desarrollo de parques eólicos y solares ha sido clave para aumentar la generación de electricidad limpia, reduciendo la dependencia de los combustibles fósiles.
Retos y oportunidades para el futuro
A pesar del avance, España aún enfrenta desafíos en su transición energética. La necesidad de mejorar el almacenamiento de energía, la integración de renovables en la red eléctrica y la electrificación de sectores clave son aspectos fundamentales para seguir avanzando.
Sin embargo, el país cuenta con un gran potencial para seguir liderando el camino hacia un modelo energético más sostenible y eficiente.
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