La ética se une a la política, pero siempre surgen problemas secundarios

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12/03/2023 - 19:00
La política y la ética deben ir acompañadas

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Cada vez son más las personas que afirman no encontrar una razón coherente para votar a un partido político o aceptar las normas que el Gobierno pueda ofrecerles. El engaño, la corrupción, la mentira y la manipulación son algunos de los factores que más preocupan. 

Sin embargo, en muchas ocasiones esta política va acompañada de la ética, un remedio para afrontar los problemas políticos, pero esto no siempre funciona, ya que pueden surgir problemas mayores. 

Aristóteles afirmaba que, para cumplir con el fin de la política, debe existir “mérito moral” 

Determinados factores como la mentira, el engaño, la manipulación o la corrupción son los principales protagonistas dentro del mundo de la política, ya que gran parte de la población no acepta ninguna formación ni pensamiento político. Sin embargo, los distintos gobiernos que ejercen la política recurren a otros pensamientos para paliar estas consecuencias. 

El descrédito moral de la política es algo que viene desde años atrás y que, para los políticos, pensar como los fundamentalistas éticos puede ser una opción para solucionar estos problemas. Sin embargo, la ética y la moral no siempre van de la mano de la política. 

Aristóteles fue el encargado de señalar que, para cumplir con los fines de la política, los gobernantes deben ser personas “de mérito moral”, tal y como ocurría en la cultura clásica romana, donde la ética era la gran protagonista de cualquier político, así como la honestidad. En el caso de que un político no tuviese dicho perfil, de forma inmediata se le llevaban a prácticas corruptas. 

Es tal y como ocurre en la actualidad. La política ha pasado a ser una respuesta a la hora de tomar decisiones en nuestra vida como ciudadanos de una sociedad, pero no existe una decisión neutral dentro de unos valores. 

Pensar en la ética es crucial para la política 

No todas las éticas de la actualidad contemplan la existencia de un conflicto moral y de tragedia. Aun así, y según varios autores, el conflicto de valores es algo que choca de manera inevitable, ya que entran en contradicción varios aspectos y acciones. Por eso, el hecho de reconocer un conflicto es lo mínimo que debe pedirse a un político. 

Sin embargo, nuestros políticos están más centrados y obsesionados con sus intereses personales y partidistas, abandonando con total libertad el concepto de la ética y la moral. De hecho, la mentira o la exageración son los principales factores a la hora de reconocer un error. 

Así, debemos tener claro que la ética y la política son dos nociones que están relacionadas y que deben manifestarse siempre en tensión, pero también en contradicción, ya que es la única forma de encontrar un equilibrio político. 

Con la llegada de la invasión de Ucrania, los problemas en el Sáhara, las cuestiones medioambientales, la ley de solo sí es sí, la ley trans o la eutanasia son algunos ejemplos claros a la hora de comprobar el equilibrio entre ética y política para tratar de lograr una buena convivencia dentro de la sociedad y del mundo de nuestros políticos. 

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