La alimentación de los deportistas olímpicos y su evolución en el tiempo

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12/03/2024 - 18:30
La alimentación de los deportistas olímpicos y su evolución

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Una investigación realizada por investigadores de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) desvela la historia de la alimentación de los Juegos Olímpicos, desde su primera edición moderna en Atenas (Grecia) en 1896.

Se trata de una tesis doctoral llevada a cabo por Xavi Santabàrbara, graduado en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte, y dirigda por F. Xavier Medina y Laura Esquius.

Han pasado casi 130 años desde que se celebraron los primeros Juegos Olímpicos de la edad contemporánea. En este tiempo, las prácticas deportivas han experimentado una gran evolución, así como qué y cómo comen los deportistas.

"En las primeras ediciones no había villas olímpicas. Los atletas eran amateurs, bebían vino y todavía pensaban, como en la antigua Grecia, que si comían pata de cabra tendrían la fuerza de una cabra. Hoy, hay que preparar 50.000 comidas cada día, informar bien, incluir opciones vegetarianas y velar por la sostenibilidad", según Santabàrbara.

La tesis doctoral sobre la evolución de la alimentación de los deportistas olímpicos es un análisis profundo con gran utilidad

La investigación analiza, desde el punto de vista de la nutrición y alimentación deportiva, los informes del Comité Olímpico Internacional (COI) de todas las ediciones de los Juegos Olímpicos de verano desde Atenas 1896 hasta Tokio 2020, teniendo en cuenta que las guerras mundiales hicieron suspender algunas y que la pandemia retrasó la última.

Si bien algún otro grupo de investigación en nutrición y alimentación ya había revisado estos informes, lo que distingue el estudio de Santabàrbara es su mirada multidisciplinaria. "Habitualmente, las investigaciones se centran en los nutrientes que mejoran el rendimiento, pero se ha analizado poco de dónde venimos y por qué ocurre esto. Los Juegos Olímpicos son el evento por antonomasia del mundo deportivo y queríamos ir más allá: estudiar todos los factores que influyen en la nutrición deportiva en un acontecimiento así", indica el autor.

Santabàrbara concreta: “La nutrición deportiva ha pasado de ser anécdota y mito a una especialidad consolidada basada en la evidencia científica. Y los Juegos Olímpicos lo ponen de relieve”.

Entre estos factores se encuentran las particularidades gastronómicas de cada país y su efecto sobre los alimentos que encontrará el deportista en la villa olímpica.

"En 1988, en Seúl, el comité organizador utilizó la gastronomía para potenciar el país. Es un claro ejemplo de ‘gastrodiplomacia’. Desde entonces, el kimchi es conocido en todo el mundo", ilustra el autor de la tesis.

En cambio, en Barcelona -que acogió la edición de 1992- se dio más prioridad a transformar la ciudad que a potenciar la gastronomía catalana o española.

Otro ejemplo: Japón siempre había sido reticente a considerar su dieta como interesante para los deportistas, hasta que la selección nacional de voleibol femenina ganó la medalla de oro en la edición olímpica de Tokio 1964. "Entonces, su entrenador explicó la dieta que hacían las deportistas, centrada en bolas de arroz y pescado. Esto cambió la forma de ver la alimentación japonesa", detalla Santabàrbara.

Cambios no solo a nivel deportivos, sino también de carácter social

El análisis también incluye aspectos como el suministro de alimentos, las empresas de restauración o la suplementación deportiva, y refleja los cambios que se han producido en la sociedad y en la alimentación de los atletas a lo largo del siglo XX.

La nutrición deportiva ha pasado de ser anécdota y mito a una especialidad consolidada basada en la evidencia científica. Y los Juegos Olímpicos lo ponen de relieve. Por ejemplo, a principios de siglo se consideraba que las proteínas eran lo más importante. A mediados de los años 40, las investigaciones ya determinaron que lo que da energía es el hidrato de carbono. Y, después de la Segunda Guerra Mundial, en los Juegos Olímpicos de Helsinki, ya se tenía en cuenta la importancia de los hidratos", subraya Santabàrbara.

El autor de la tesis está a la expectativa de comprobar si este verano se cumplirán en París los tres ejes que se ha marcado el COI en el ámbito de la nutrición deportiva: incidir en la producción local y abaratar los costes del transporte de materias primas, establecer políticas claras de aprovechamiento de alimentos y reducción del derroche, y fomentar las opciones de proteína de origen vegetal.

"Dentro de un par de años, cuando tengamos el informe, veremos cómo se ha hecho. También veremos cómo París posiciona la gastronomía de la ciudad y del país. Y, sobre todo, la sostenibilidad será un reto para este tipo de alimentación", avanza Santabàrbara.

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