Hoy nos sumamos al mundo para hacer visible la Fístula Obstétrica

EmailFacebookTwitterLinkedinPinterest
23/05/2020 - 08:00
Keflene Yakobo es ahora embajadora de Fistula en su país.

Lectura fácil

En este día damos luz a la Fístula Obstétrica. Es una comunicación anormal que ocurre entre el canal vaginal y la vejiga o el recto, como consecuencia de un trabajo de parto prolongado y obstruido

En España es muy difícil de encontrar esta Fístula porque la mayoría de las mujeres tienen su trabajo de parto atendido en un hospital y las que han decidido tener un parto domiciliario reciben algún tipo de control durante el parto o después. 

La Fístula Obstétrica es común en África, donde las mujeres tiene una desnutrición constitucional y gestan fetos más grandes de los que ellas pueden parir. Lo que provoca trabajos de parto prolongados que se obstruyen.Tras esa obstrucción del trabajo de parto, habitualmente sobreviene el nacimiento de un bebé sin vida. Pero el impacto de la cabeza contra el pubis o contra el sacro comprime, desvitaliza las partes blandas y esto puede generar una fístula, es decir, una comunicación anormal entre la vagina y la vejiga por la que se pierde orina y materia fecal.

Las mujeres con esta lesión suelen sufrir incontinencia y a menudo son marginadas por sus comunidades. Muchas de ellas viven con este problema durante años e incluso décadas porque no pueden pagar la operación.

¿Cómo se podría prevenir?

Naciones Unidas propone retrasar la edad del primer embarazo, poner fin a ciertas prácticas tradicionales nocivas y proporcionar un acceso oportuno a la asistencia obstétrica.

Otro de los motivos para que se dé una Fístula Obstétrica , según Naciones Unidas es, el elevado número de matrimonios infantiles. En un plazo de diez años, habrá 13 millones de uniones entre menores de edad. Esta cifra aumenta en el contexto de la pandemia por coronavirus. Muchas familias se apresuran a casar a sus hijas, evitando así los costes de su manutención, antes de la crisis que provocará la llegada de COVID-19.

En este sentido, se espera también, que la pandemia cause retrasos significativos en los programas para acabar con la mutilación genital femenina (MGF), algo que podría conducir a un aumento de estos casos, denuncia la organización internacional.

El testimonio de Keflene Yakobo

Ella vive en la República Unida de Tanzania , explica que intentó hacer todo lo correcto durante su embarazo. Aunque era joven (se casó a los 17 años y quedó embarazada a los 19), afirma que, era diligente en los chequeos periódicos.

"Empecé a asistir a las clínicas prenatales tan pronto me di cuenta de que estaba embarazada, y continué durante todo el embarazo," aseguró la Sra. Yakobo recientemente al Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA).

A pesar de todos sus esfuerzos, el parto fue peor de lo que pudiera haber imaginado. La Sra. Yakobo desarrolló una fístula obstétrica, una de las lesiones más graves y trágicas que pueden ocurrir durante el parto.

"Las niñas y mujeres afectadas por la enfermedad, que en gran medida es prevenible y tratable, sufren a menudo de incontinencia crónica. Como resultado de esta, enfrentan un estigma social devastador", explicó la Directora Ejecutiva del UNFPA, Dra. Natalia Kanem, en su valoración para la conmemoración del Día Internacional para la Erradicación de la Fístula Obstétrica, que se celebra hoy y que Naciones Unidas, emplea este día para visibilizar esta cuestión. "La mayoría de las mujeres y niñas que padecen de fístula son pobres. La imposibilidad de recibir tratamiento médico no sólo las priva de su salud y dignidad, sino que es una violación de sus derechos humanos", agregó la Dra. Kamen.

La Sra. Yakobo no tuvo señales de alarma. "No se identificaron ni se sospecharon complicaciones. Fue un embarazo saludable, y yo esperaba el parto con ansias", recordó.

Hacia el final del embarazo, ella se quedó en casa de sus padres. Su casa estaba a 22 km del centro sanitario más cercano, así que cuando comenzó el trabajo de parto, su madre la llevó a una partera a 7 km de distancia. 

"Ya había visto otras madres gestantes ir a las parteras tradicionales," admite la Sra. Yakobo. "Así que me sentí tranquila y pensé que todo iría bien". Pero su dolor se agudizó, y se prolongó por tres días. Finalmente salió la cabeza del bebé, pero el resto del cuerpo no salía.

En ese instante, la madre de la Sra. Yakobo, fue rápida y alquiló un vehículo para que la llevara al centro sanitario más cercano. Trágicamente, el bebé murió. Y la Sra. Yakobo casi muere también. Fue hospitalizada durante cinco semanas con sepsis abdominal.

Para cuando le dieron de alta, había desarrollado ya, una Fístula Obstétrica . Pasado el tiempo, actualmente, es embajadora de Fístula Obstétrica en su país, crea conciencia social y ayuda a otras mujeres a recuperarse.

Añadir nuevo comentario