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Un fósil hallado en los yacimientos de Burgess Shale, en Canadá, ha revelado la existencia de Mosura, un diminuto depredador marino de tres ojos que habitó los océanos hace más de 500 millones de años, durante la explosión Cámbrica. Su singular anatomía ofrece nuevas pistas sobre los orígenes de los artrópodos.
Un depredador de otro tiempo emerge del pasado
Hace más de 500 millones de años, durante el período Cámbrico, los mares que cubrían lo que hoy conocemos como Columbia Británica albergaban formas de vida extrañas y fascinantes. Entre ellas, un pequeño depredador marino con tres ojos y patas puntiagudas se deslizaba por el fondo oceánico. Este fósil, recientemente descubierto, ha sido bautizado como Mosura por el equipo de paleontólogos responsables de su hallazgo.
El fósil fue encontrado en Burgess Shale, un yacimiento canadiense de fama mundial por su increíble estado de conservación. Desde hace más de un siglo, este lugar ha revelado especies extintas que vivieron durante la llamada “explosión Cámbrica”, un momento clave en la historia de la vida en la Tierra donde surgieron muchos de los grupos animales actuales.
Un fósil que desconcierta
Lo que hace al fósil Mosura tan especial no es solo su aspecto, sino también su complejidad anatómica. Aunque apenas mide unos pocos centímetros —aproximadamente el tamaño de un dedo humano— presenta una boca circular provista de dientes, extremidades con espinas y aletas laterales que le permitían nadar. Su característica más llamativa, sin embargo, es la presencia de tres ojos en su cabeza, lo que sugiere una capacidad visual avanzada para su época.
Los investigadores creen que Mosura pertenece al grupo de los radiodontes, un conjunto de artrópodos primitivos conocidos por ser algunos de los primeros depredadores del planeta. El más famoso de este grupo es Anomalocaris canadensis, una criatura mucho mayor con la que Mosura probablemente compartió hábitat.
Una estructura corporal única
A diferencia de otros radiodontes conocidos, Mosura muestra una región abdominal segmentada en su parte posterior, similar a lo que observamos en insectos modernos. Esta característica no había sido detectada antes en este tipo de organismos y sugiere una etapa intermedia en la evolución de los artrópodos. Los expertos consideran que esta peculiaridad podría representar un eslabón entre las formas primitivas y los artrópodos actuales como los cangrejos, las arañas y los milpiés.
Además, los segmentos posteriores del cuerpo fósil de Mosura están cubiertos por estructuras parecidas a branquias, lo que podría haberle permitido una respiración más eficiente. Esta adaptación quizá respondía a su estilo de vida o al entorno en el que vivía.
Un sistema circulatorio antiguo
Otro aspecto notable es el sistema circulatorio de Mosura. A diferencia de los sistemas cerrados que tienen los vertebrados, esta criatura contaba con un sistema abierto. La sangre era bombeada por el corazón a espacios abiertos dentro del cuerpo, llamados lagunas. Lo más sorprendente es que estas cavidades se han conservado como marcas reflectantes en los fósiles, permitiendo a los científicos estudiar su estructura.
El descubrimiento del fósil no solo amplía nuestro conocimiento sobre la vida marina del Cámbrico, sino que también ayudan a entender mejor cómo evolucionaron los primeros animales complejos en la Tierra.
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