
Lectura fácil
China se consolida como una de las potencias del avance en robots humanoides. No se trata de máquinas aisladas en laboratorios, sino de modelos que ya circulan por entornos públicos, interactuando con transeúntes y participando en actividades cotidianas en diversas ciudades chinas.
Según imágenes virales difundidas en plataformas como Weibo y recogidas por Threads de 9to5Gadgets, estos robots humanoides aparecen caminando por parques y plazas; incluso se les observa corriendo junto a niños que parecen considerarlos como compañeros de juego. En uno de los vídeos compartidos, un robot lleva camiseta y se integra en el entorno como si fuera una persona, y en otro, una mujer utiliza un robot de cuatro patas para llevar compras, simulando un carrito asistente.
Otras grabaciones muestran robots cargando bolsas de supermercado como si ayudaran en tareas domésticas, generando tanto admiración como escepticismo. Algunos opinan que se trata de campañas de propaganda del gobierno chino, mientras otros aseguran que son anuncios comerciales de la empresa Unitree Robotics. Sea cual fuere la intención, la tendencia es inequívoca: la presencia de robots en el día a día chino se está convirtiendo en una realidad inminente.
Las empresas detrás del fenómeno de robots humanoides
Unitree Robotics, con sede en Hangzhou, destaca como pionera en robótica asequible y abierta (open‑source). Su modelo G1, de aproximadamente 1,2 m de altura, sensores LiDAR 3D, cámara Intel RealSense y múltiples articulaciones, ha sido filmado caminando por calles, subiendo colinas (como el famoso “Uncle Bot” con camiseta) e incluso llevando un perro robot. Este modelo tiene un precio desde unos 16 000 USD y una autonomía de dos horas.
Además, Unitree ha iniciado trámites para una salida a bolsa en el último trimestre de 2025, con CITIC Securities como consejero. La empresa ya ha firmado más de 90 contratos con instituciones gubernamentales o académicas, por un valor acumulado de unos 39 millones de yuanes (aproximadamente 5,4 millones de USD), más de la mitad en el último año.
Por otro lado, UBTECH ha presentado recientemente el Walker S2, un robot humanoide de 1,62 m capaz de operar de forma autónoma 24/7 gracias a su capacidad para cambiar su propia batería sin intervención humana. Este modelo se acerca a una estación de carga, retira su batería agotada y la sustituye por una nueva en menos de tres minutos, lo que lo convierte en el primer robot humanoide con este nivel de autonomía.
También EngineAI Robotics, derivada del equipo de robótica de la empresa XPeng, ha lanzado modelos como el SE01, de 170 cm y 32 grados de libertad, capaz de caminar a 2 m/s y realizar volteretas y saltos. En febrero de 2025, presentó un robot que completó la primera voltereta frontal robótica registrada. Asimismo, AgiBot, con planta en Shanghái, ya ha fabricado casi mil unidades y abierto su base de datos AgiBot World, impulsando el acceso libre a diseño robótico. Por último, Leju Robot, con sede en Shenzhen, produjo en 2025 su centésimo robot humanoide de tamaño real y ha desarrollado servomotores y algoritmos de marcha propios desde 2016.
China e Inteligencia Artificial: una estrategia coordinada
El impulso estatal a la robótica se enmarca dentro de una política industrial clara: se considera una industria estratégica con fuerte apoyo público y subsidios locales. Las cadenas de suministro chinas en componentes electrónicos, baterías y motores otorgan una ventaja competitiva frente a países como EE. UU., que aún lideran en software pero enfrentan costes más elevados.
El sector se sitúa ya como uno de los próximos grandes mercados globales: Goldman Sachs lo estima en unos 205 mil millones de dólares en 2035. Aunque algunos analistas advierten sobre la exageración mediática o el uso limitado comercial actual, China continúa avanzando mediante iteración rápida y adopción masiva.
Competencias como el reciente torneo de fútbol humanoide en Pekín (RoBoLeague), donde equipos de cuatro robots humanoides jugaron 3 contra 3 de forma totalmente autónoma con inteligencia artificial, muestran cómo se utilizan eventos deportivos como laboratorio tecnológico real. Varios robots podían identificar el balón, reorientarse solos después de caer e incluso participar en jugadas de estrategia sin intervención humana.
¿Propaganda o realidad cotidiana?
Aunque algunas grabaciones han sido criticadas como puestas en escena, el volumen creciente de vídeos y aplicaciones industriales, desde robots humanoides patrullando calles en Shenzhen, hasta robots de reparto en el metro o en tiendas 7‑Eleven en Shenzhen, sugiere que no es mera publicidad. Esta última iniciativa, desarrollada por una filial de Vanke, vio a 41 robots móviles transportando mercancías dentro del sistema de metro y entregando productos de forma automatizada, apoyándose en algoritmos de planificación logística e inteligencia artificial.
Opiniones críticas apuntan a posibles exageraciones en marketing o videos montados, pero la evidencia de múltiples compañías, eventos oficiales y contratos estatales apunta a una adopción en fases prácticas, no solo representaciones teatrales.
El futuro es que China normalice la convivencia con robots
La tendencia es clara: China pretende hacer que la presencia de robots humanoides sea parte del día a día antes que en cualquier otra región. Desde asistencia doméstica hasta aplicaciones en fábricas, retail y patrullaje urbano, cada vez estarán más integrados en rutinas cotidianas. Eso sí, inicialmente como una opción disponible para quienes puedan acceder a esta tecnología.
Las dudas sobre regulación, seguridad y empleo se multiplican conforme avanzan estas máquinas: episodios aislados como la caída de un robot DeREK en EEUU durante pruebas (provocada por un fallo de software) subrayan los riesgos de avanzar sin marcos claros de supervisión.
Pero mientras tanto, en China ya se preparan para una realidad urbana donde niños juegan con robots, los robots corren por la calle como “Uncle Bot” con ropa humana, y otros cambian baterías sin ayuda en medio de una escena industrial. El presente se vuelve futurista, y la convivencia con robots humanoides parece cada vez más inevitable.
China está cambiando las reglas del juego. Lo que en otros países aún es terreno de investigación, allí ya se tantea como parte de la vida diaria. Desde Shanghai hasta Shenzhen, la robótica humanoide y la inteligencia artificial convergen para transformar el entorno público en un laboratorio real del futuro.
Añadir nuevo comentario