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En una región del universo casi desprovista de materia, un grupo de científicos liderado por la Universidad de Granada (UGR) ha identificado un fenómeno poco común: la fusión activa de dos galaxias enanas en el corazón de un vacío cósmico. Este tipo de regiones, conocidas por su baja densidad de materia, ofrecen escasas oportunidades para interacciones entre este espacio cósmico, lo que hace que este descubrimiento sea particularmente inusual.
El hallazgo fue realizado por el equipo del proyecto Calar Alto Void Integral-field Treasury surveY (Cavity), y se logró gracias al uso del espectrógrafo multifibra PMAS, instalado en el telescopio de 3,5 metros del Observatorio de Calar Alto, en Almería, una de las instalaciones astronómicas más avanzadas de Europa.
Fusión de galaxias: Un fenómeno raro en un entorno inesperado
La doctora Bahar Bidaran, investigadora posdoctoral de la UGR y autora principal del estudio, destacó la rareza del fenómeno: “Las fusiones entre las masivas han sido ampliamente estudiadas, pero capturar un evento similar entre dos galaxias enanas y de baja masa, en una zona tan deshabitada del cosmos, es extremadamente raro”.
Cada una de estas galaxias enanas tiene menos de una vigésima parte de la masa estelar de la Vía Láctea, excluyendo la materia oscura. Además, sus masas son casi iguales, lo que contrasta con la mayoría de fusiones conocidas, que suelen involucrar a estos espacios cósmicos de tamaños muy distintos o que se producen en entornos más densos, como cúmulos de este.
Tecnología al servicio del cosmos
La clave para observar este fenómeno fue el modo PPAK del instrumento PMAS, que permitió capturar en una sola imagen a ambas galaxias y su zona de interacción. Más de 300 fibras ópticas registraron datos espectrales que abarcan todo el rango visible, permitiendo a los científicos estudiar en detalle la edad de las estrellas, su composición química y las velocidades del gas.
Gracias a esta capacidad de análisis integral, el equipo pudo observar discos de gas en rotación y una emisión intensa de gas ionizado, indicios claros de un brote de formación estelar causado por la fusión. También fue posible calcular la masa dinámica de cada galaxia progenitora, un logro que suele requerir condiciones de observación muy favorables.
Huellas del choque galáctico
Las imágenes profundas obtenidas con el telescopio Isaac Newton revelaron estructuras de polvo en forma de arcos que podrían haber surgido por ondas de choque durante la colisión. Estas características apoyan la hipótesis de que ambas galaxias eran sistemas de disco activos, con formación estelar previa, típicos de los vacíos cósmicos.
Los investigadores creen que esta fusión podría haberse originado por la influencia gravitatoria del propio vacío o como consecuencia de una interacción previa con otra galaxia enana, ahora ausente. Sea cual sea la causa, este hallazgo ofrece una nueva ventana para comprender cómo evolucionan las galaxias pequeñas en entornos extremos.
Un laboratorio natural para la astrofísica
Con una masa estelar conjunta de casi diez mil millones de masas solares, este sistema en fusión se convierte en un laboratorio ideal para estudiar la formación de estrellas, las dinámicas de fusión y la evolución de galaxias en condiciones poco exploradas. En palabras de Bidaran, “este tipo de descubrimientos desafían nuestras ideas sobre dónde y cómo ocurren las interacciones galácticas”.
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