Galletas infantiles, ¿golosinas o alimentos?

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05/12/2021 - 08:30
Niños comiendo galletas infantiles

Lectura fácil

Hace años era habitual ver a la mayoría de los niños comiendo un trozo de barra de pan relleno de cualquier tipo de embutido o incluso de tabletas de chocolate. Ahora, el aumento de la oferta de productos, el incremento del ritmo de vida y la falta de tiempo de muchos padres que trabajan, ha hecho que la mayoría de los niños merienden solos o que los padres decidan ganar tiempo y que coman otro tipo de alimentos, con lo que acaban cediendo y dándoles alguna de las muchas variedades de galletas infantiles existentes en el mercado.

Ocho de cada diez galletas infantiles “no son saludables” y tienen la calificación “más baja posible”

Así lo desvela un estudio de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) según el cual 253 de las 305 galletas infantiles analizadas tienen una valoración D o E en NutriScore, “la más baja posible”, dado que, de media, uno de cada tres gramos de estos productos son “directamente azúcares” y el resto, grasas saturadas, harinas refinadas y aditivos, según precisó este martes la asociación en un comunicado.

Solo 15 galletas infantiles tienen una valoración A o una B y se trata “normalmente”, según OCU, de las tradicionales galletas tipo María sin azúcares añadidos, pero con edulcorantes, que, lamentó, “suelen ser las menos apetecibles para los niños”.

Para la organización, el “exceso” de azúcar es el “aspecto que más lastra” su valoración nutricional y, tras insistir en que, de media, uno de cada tres gramos de este tipo de galletas son directamente azúcar, puntualizó que, las que lo excluyen, lo suelen sustituir por polialcoholes, un tipo de edulcorantes cuyo consumo puede tener efectos laxantes, más si cabe en niños, por su bajo peso corporal.

En su lugar, es preferible consumir pan integral con aceite de oliva, queso, crema untable vegetal o tomate o incluso es más sano merendar un trozo de pan integral con chocolate negro que tenga un mínimo del 70 por ciento de cacao. No obstante, no se debe olvida que productos como la fruta y los frutos secos naturales (sin freír ni salar) también pueden y deben estar presentes en la dieta de los más pequeños.

En definitiva, el consumo de galletas debe ser ocasional y en pequeña cantidad

Ante la tentación de consumir en exceso, la precaución es la norma para evitar comer más azúcar de la cuenta, lo cual es bastante probable en base al diario recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Más allá de la proliferación de caries, el consumo de azúcares provocará la primera generación de jóvenes con una esperanza de vida menor que sus padres por los malos hábitos alimentarios. En España, cuatro de cada diez niños tiene obesidad infantil.

Tomando como ejemplo un zumo de 200 mililitros, este lleva de media de 22 gramos de azúcarla cantidad diaria recomendada para un niño menor de 7 años y superior a la recomendada para un niño de 3 años, es muy probable que en estas fechas el consumo de azúcar en menores se dispare. Además, hay que sumarle la cantidad de azúcares que ya están presentes en una gran cantidad de procesados a través de otras denominaciones, como por ejemplo los jarabes de glucosa y las fructosas.

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