• NOTICIAS

Gaza tras el alto el fuego: Hamás retoma el control en medio del temor a una guerra civil

EmailFacebookTwitterLinkedinPinterest
14/10/2025 - 12:30
Hamás vigila a un grupo de personas, este lunes, durante la liberación de rehenes israelíes

Lectura fácil

Tras meses de ofensiva militar israelí sobre Gaza, la calma volvió, al menos de forma parcial, con el acuerdo alcanzado este lunes en Egipto. El pacto puso fin a las operaciones militares y permitió la liberación de los últimos veinte rehenes israelíes con vida que permanecían en manos de Hamás. A cambio, Israel accedió a la excarcelación de 1.968 presos palestinos, una de las mayores liberaciones en los últimos años.

Aunque el cese de hostilidades fue recibido con alivio, el panorama en Gaza continúa siendo extremadamente frágil. La población palestina, agotada tras dos años de bloqueo y continuos bombardeos, vive con temor a que la tensión interna entre facciones armadas derive en una nueva guerra civil.

Hamás intenta retomar el control de Gaza

De acuerdo con informes de la BBC y de varios medios israelíes, Hamás habría convocado a unos 7.000 miembros de sus fuerzas de seguridad para recuperar el control administrativo y militar de las zonas que hasta hace pocos días permanecían ocupadas por el ejército israelí.

La dirección del movimiento islamista también ha nombrado cinco nuevos gobernadores, todos con experiencia militar, algunos de ellos antiguos comandantes de las Brigadas Al Qasam, su brazo armado. Según la BBC, la movilización fue comunicada mediante llamadas telefónicas y mensajes de texto, en los que se instaba a los combatientes a “limpiar Gaza de forajidos y colaboradores de Israel” y a presentarse en un plazo de 24 horas.

En los días siguientes al anuncio, unidades armadas de Hamás comenzaron a desplegarse en varios barrios de la capital gazatí, algunas vestidas de civil y otras con los uniformes azules de la Policía. Sin embargo, la oficina de prensa del movimiento negó estar realizando un despliegue de “combatientes en las calles”.

El retorno de las fuerzas policiales la milicia se produce en medio de un profundo vacío de poder y una incertidumbre política sobre quién administrará la Franja una vez finalizada la guerra. Esta cuestión podría complicar los esfuerzos internacionales por implementar la segunda fase del plan de paz para Oriente Próximo impulsado por el presidente estadounidense Donald Trump, que exige el desarme completo de estos milicianos.

Violencia entre clanes y muertes recientes

Durante el fin de semana, la tensión estalló en enfrentamientos entre milicianos de Hamás y el clan Dughmush, un grupo armado contrario al movimiento islamista y considerado afín a la ocupación israelí.

En esos combates murieron dos miembros de las fuerzas de élite de la milicia y también perdió la vida el periodista palestino Saleh Aljafarawi, conocido entre los israelíes como “Sr. FAFO”.

Uno de los combatientes fallecidos era hijo de Imad Aqel, actual jefe de inteligencia militar del grupo miliciano, mientras que el hijo de Basem Naim, dirigente político del grupo, resultó gravemente herido por un disparo en la cabeza, según confirmó él mismo a la agencia EFE.

Tras los enfrentamientos, fuerzas de la milicia rodearon el barrio de Sabra, donde se creía que unos 300 hombres armados del clan Dughmush se encontraban atrincherados. Fuentes locales informaron de que al menos un miembro del clan fue abatido y unos 30 fueron capturados. Las imágenes del operativo circularon en la Red de Noticias Quds y en varios canales de periodistas palestinos.

Armas, alianzas y acusaciones cruzadas

La Policía de Hamás sostiene que el clan Dughmush y otras milicias habrían colaborado con Israel durante los últimos meses del conflicto. Parte de su armamento, aseguran, provendría del saqueo de depósitos de armas de Hamás durante los combates, mientras que otras piezas habrían sido acumuladas por los clanes desde hace años.

Un dirigente del movimiento islamista, entrevistado por la BBC desde el extranjero, afirmó que “no se puede dejar Gaza en manos de bandas armadas y milicias financiadas por la ocupación israelí”. Y añadió: “Nuestras armas son legítimas; existen para resistir la ocupación, y seguirán existiendo mientras esta continúe”.

La Fuerza Radea, integrada por miembros del brazo armado de la milicia y encargada de labores policiales, emitió un comunicado en términos similares: “Estamos persiguiendo los vestigios de la ocupación y a los mercenarios que colaboran con ella. No detendremos nuestras operaciones hasta restaurar la seguridad en la Franja”.

Clanes, contrabando y temor al caos interno

Los clanes armados de Gaza, entre ellos Dughmush y Abu Shabab —este último activo en el sur del enclave—, han sido señalados por las autoridades de esta milicia de participar en redes de saqueo de ayuda humanitaria durante la guerra. Diversos informes apuntan a que los camiones con suministros eran asaltados y los productos revendidos a precios desorbitados en los mercados locales.

La rivalidad entre estas facciones amenaza con abrir un nuevo frente de conflicto interno, justo cuando Gaza intenta recuperarse de la devastación de los últimos años.

Un antiguo oficial de la Autoridad Palestina, que sirvió en Gaza antes de la toma total del territorio por la milicia, advirtió a la BBC que el enclave podría estar “al borde de otro baño de sangre”. Según su testimonio, “La milicia no ha cambiado; sigue creyendo que la fuerza de las armas y la violencia son la única manera de mantener vivo su movimiento político”.

Un futuro incierto para Gaza

A pesar del fin de las operaciones militares israelíes y del acuerdo de intercambio de prisioneros y rehenes, la paz en Gaza sigue siendo frágil. Los temores de que el territorio se vea envuelto en un conflicto interno crecen cada día, mientras los habitantes intentan reconstruir sus hogares y sus vidas entre ruinas y desconfianza.

El desafío inmediato para Hamás será mantener el orden sin recurrir al exceso de fuerza y evitar que los clanes armados llenen el vacío de poder. Para los gazatíes, agotados tras años de guerra y bloqueo, la esperanza de estabilidad aún parece lejana.

Añadir nuevo comentario