Así se gestiona la madera quemada en los incendios forestales

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10/09/2022 - 09:00
Ejemplo de madera quemada

Lectura fácil

Una vez conclusas las labores de extinción de un incendio forestal, el trabajo continua, y una gran parte tiene que ver con qué hacer con la madera quemada que surge de los incendios.

Por un lado, toda esa madera se empleará para hacer diques de contención, pero por otro lado, se acabará mal vendiendo, y es que cuando se quema un árbol, el material que da no vale igual, y su uso queda restringid a un mercado determinado.

"Al estar quemada y haber perdido su calidad ya no sirve para madera estructural, es decir no sirve para hacer tablas o palés. Tampoco vale para hacer pasta de celulosa porque suele estar sucia. Así que solo tiene salida como tableros de partículas, o para biomasa", explica Miguel Cabrera, vocal de la Junta del Colegio Oficial de Ingenieros de Montes.

Madera quemada: usos

El primer paso que se sigue con la madera quemada es cortarla y comenzar a retirar aquellos árboles que han quedado parcialmente quemados.

Esto se realiza para evitar la aparición de plagas y facilitar el rebrote del arbolado que presenta la capacidad de hacerlo. Una vez hecho esto, se toma la decisión del destino de la madera quemada que ha surgido del incendio.

Una parte de ese material se destinará para crear las llamadas fajinas, una pequeñas empalizadas de contención del suelo en las laderas.

"Uno de los principales problemas inmediatos que tenemos es que tras un incendio se pierde la sujeción del suelo que está sostenido gracias a la vegetación, a las raíces. Esa estructura favorece que el agua se infiltre a los acuíferos y que no escurra por la superficie arrastrando todo. Cuando viene una lluvia fuerte si el terreno está desnudo, como suele pasar tras un incendio, los cauces se llenan de barro y no hay quien la contenga", explica el ingeniero.

Es para esta labor en concreto por la que se recupera de la madera quemada ramas y trozos pequeños, pues tal y como apunta el ingeniero "con las ramas, con arboles de pequeñas dimensiones o con troncos que son pequeñitos se hacen empalizadas en la propia ladera que van sujetando el suelo para que no se vea arrastrado por la lluvia".

Por otro lado, el resto de madera quemada acaba por retirarse, con el fin de evitar la creación de focos de plagas, y porque sino, las labores de restauración posteriores se vería muy dificultadas si se dejase todo ese arbolado quemado.

Solamente algunos árboles quemados se pueden vender

Una vez que se ha extinguido el incendio forestal, se analiza el estado de los árboles, y aquellos que no están totalmente carbonizados son los que se pueden vender.

Se procede a sacar lotes que se subastan, pero teniendo en cuenta que tras un incendio de masa forestal, se ha perdido gran parte de su valor.

La madera quemada válida, es de peor calidad y tiene menos volumen, esta estropeada, por lo que no es útil para toda la industria. Por ello casi siempre, la única salida es su empleo para biomasa o como conglomerado de astillas para la construcción.

El problema de esto, de que además de por su calidad no tiene un buen precio, el precio que rige en este tipo de mercado tampoco está bien pagado.

En España apenas tiene salida, pues se paga a unos 5 euros la tonelada de madera, por lo que se recurre al mercado internacional, en especial con Portugal e Italia, que suelen pagar algo más.

"Hay un falso mito según el cual se decía que se prendía fuego al monte para que los maderistas tuvieran más madera esto es falso, ellos prefieren madera de buena calidad. El valor de la madera quemada a veces no cubre ni los costes que supone su extracción, por eso hay incluso sitios donde se prefiere ni recoger, porque no interesa desde el punto de vista económico, aunque se corte y se deje en el monte para realizar la restauración posterior. Se mire como se mire, con un incendio no gana nadie, todos perdemos ", concluye Cabrera.

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