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Melissa, el huracán de categoría 5 que evidenció el poder del cambio climático en el Caribe

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31/10/2025 - 12:30
Imágenes desde Jamaica, tras pasar el huracán Melissa

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El paso del huracán Melissa por Jamaica el pasado martes marcó un antes y un después en la historia meteorológica del Caribe. Con vientos devastadores y lluvias torrenciales, este ciclón alcanzó la categoría 5, el nivel máximo en la escala de intensidad, y se convirtió en uno de los fenómenos más potentes jamás registrados en la región.

Sin embargo, más allá de su fuerza destructiva, el huracán Melissa ha revelado una verdad inquietante: el cambio climático provocado por la actividad humana hizo que este evento extremo fuera cuatro veces más probable y considerablemente más intenso.

Un grupo de investigadores del Imperial College de Londres (Reino Unido) realizó un estudio rápido sobre las causas que amplificaron la magnitud del huracán. Los resultados, difundidos este jueves, son contundentes: el calentamiento global generado por la quema de combustibles fósiles no solo incrementó la posibilidad de que ocurriera una tormenta tan violenta, sino también su intensidad.

De acuerdo con los modelos empleados, el cambio climático aumentó la velocidad de los vientos de Melissa en un 7 %, una diferencia suficiente para convertir un huracán muy fuerte en una catástrofe sin precedentes.

En un planeta más frío, sin el calentamiento provocado por las emisiones humanas, un fenómeno de este calibre habría tocado tierra en Jamaica una vez cada 8.000 años. En cambio, en las condiciones actuales, con una temperatura media 1,3 grados Celsius por encima de la era preindustrial, esa probabilidad se ha multiplicado por cuatro: ahora podría repetirse una vez cada 1.700 años.

El papel de los océanos en la intensificación del huracán Melissa

Los estudios no se limitan a un solo grupo de expertos. Investigadores de la organización Climate Central analizaron la evolución del ciclón y descubrieron que el huracán Melissa experimentó una intensificación extremadamente rápida mientras se desplazaba sobre aguas caribeñas más cálidas de lo habitual. Este fenómeno se conoce como “rápida intensificación”, y se ha vuelto cada vez más frecuente a medida que los océanos absorben el exceso de calor causado por el efecto invernadero.

Por su parte, un equipo de ClimaMeter llegó a conclusiones similares: el cambio climático provocado por los humanos hizo que las lluvias y los vientos asociados a Melissa fueran hasta un 10 % más intensos que los que se habrían producido en un mundo sin calentamiento global.

“Las temperaturas del mar en el Caribe están por encima de la media, y sabemos que el cambio climático ha contribuido a ello”, explicó Ralf Toumi, director del Instituto Grantham del Imperial College. “Los océanos más cálidos alimentan tormentas más poderosas; por tanto, existe una relación directa entre el cambio climático y la fuerza de los huracanes actuales”.

Para Carmen Álvarez-Castro, profesora de la Universidad Pablo de Olavide, Melissa representa “una clara advertencia de que el cambio climático está intensificando los fenómenos meteorológicos extremos”. La científica subraya que los resultados obtenidos muestran que las tormentas de esta naturaleza son ahora “más húmedas y ventosas”, lo que amplifica su potencial destructivo y su impacto social y económico.

Este tipo de huracanes no solo destruyen infraestructuras o cosechas; también golpean las economías locales, provocan desplazamientos masivos y comprometen la seguridad alimentaria de las poblaciones más vulnerables. En el caso de Jamaica, los daños materiales fueron severos, y la reconstrucción tomará años, según las autoridades locales.

El desafío de reducir emisiones y proteger a los más vulnerables

El enviado especial de la ONU para los Océanos, Peter Thomson, recordó que el calentamiento de los mares está generando huracanes cada vez más destructivos y que las naciones con mayores emisiones de gases de efecto invernadero tienen ante sí una decisión crucial: “O cooperan para reducir las emisiones, o seguirán enfrentando pérdidas cada vez más graves”.

Las pequeñas islas del Caribe, como Jamaica o Barbados, son especialmente vulnerables a esta crisis. Thomson recordó que en 2024, el huracán Beryl destruyó el 90 % de la flota pesquera de Barbados, dejando en evidencia la fragilidad económica de estos países. Si el calentamiento global supera los 2 ºC, las proyecciones indican que los pequeños Estados insulares en desarrollo podrían enfrentar pérdidas por valor de 56.000 millones de dólares para 2050.

Melissa y la urgencia de actuar antes de la COP30

La científica Emily Theokritoff, también del Instituto Grantham de Cambio Climático y Medio Ambiente, señaló que el huracán Melissa llega en un momento crucial, a pocos días del inicio de la 30 Cumbre del Clima (COP30), que se celebrará en Belén, Brasil, a partir del 10 de noviembre.

Según Theokritoff, “El huracán Melissa nos recuerda con crudeza tanto la lógica económica de reducir las emisiones ahora como el imperativo moral de aumentar la financiación internacional para afrontar las pérdidas, los daños y la adaptación en los países más vulnerables”.

En otras palabras, el paso devastador del huracán Melissa no solo fue una tragedia natural, sino también un recordatorio de la responsabilidad colectiva que tiene la humanidad frente a un planeta que se calienta cada vez más.

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