Cómo prevenir los golpes de calor en niños

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23/07/2020 - 08:20
Bebé con cara y gestos de estar muy irritado   / BBC News

Lectura fácil

El verano y las altas temperaturas pueden afectar a las personas más vulnerables: personas mayores, los bebés y los niños. En este caso, nos vamos a centrar en la población más joven, los niños son muy sensibles a sufrir daños por estar expuestos a un calor sofocante.

Si pasamos mucho tiempo al sol en un momento de altas temperaturas, existe la posibilidad de perder líquidos corporales que pueden derivan en corto espacio de tiempo en una deshidratación.  

Diferencias entre un golpe de calor y la insolación

A través del blog: Dos pediatras en casa, se profundiza sobre esta cuestión. Se debe aclarar que la insolación y el golpe de calor son la misma patología. En el primer caso se producen los síntomas de forma más leve y en el segundo caso, es cuando aparece la fiebre.

Los niños más pequeños, sobre todo los que acaban de cumplir el año, son el grupo de población que aún no tiene los mecanismos para hacer frente a esta complicación. No tienen capacidad para compensar el calor ambiental. Por lo que, cuando llegan estas fechas los progenitores deben prestar también atención a estas adversidades para minimizar los efectos del calor en los más pequeños.

¿Cuáles son sus síntomas?

Principalmente: una descompensación de líquidos y sales corporales del cuerpo. Cuando se produce la reacción los síntomas más comunes son náuseas  y vómitos. Se recomienda observar a los menores ya que a menudo hay falta de apetito, dolor de cabeza y tendencia al sueño, entre otras. Según indicamos antes, las insolaciones presentan otras características más leves, y la temperatura del menor se mantiene normal.

Otra fase que suele suceder es el tránsito de la insolación al golpe de calor, donde los síntomas son más destacables. Aquí si hay una subida de la temperatura.

En el caso de detectar esta situación, lo más común es dirigirte al centro médico más cercano.

¿Cómo se pueden prevenir?

El golpe de calor está causado por uno de los efectos del cambio climático, la frecuencia y la intensidad de los episodios de calor intenso son cada vez más notables y la previsión es que vaya en aumento. Así lo señala el Ministerio de Sanidad en el último 'Plan Nacional de Actuaciones Preventivas de los efectos del exceso de temperaturas sobre la salud'. El riesgo que esto supone para la población es evidente; de hecho, se estima que en la Unión Europea "la mortalidad aumenta entre 1-4% por cada incremento de un grado en la temperatura".

Existen unas pautas sencillas para evitar estas complejidades. En verano y durante las horas de más calor, lo más sencillo es evitar la exposición al sol. Para ello las sombras en la calle o estar en casa con las persianas bajadas, ayudará a bajar la temperatura exterior de forma natural.

Los pediatras expertos sugieren:

  1. Bebe agua con frecuencia. A los niños pequeños, debido a que no tienen acceso al agua de forma voluntaria, debemos ofrecérsela a menudo.
  2. Realiza comidas ligeras que ayuden a reponer las sales perdidas por el calor (la fruta y las ensaladas son ideales para este propósito).
  3. Evita la exposición al sol y el calor durante las horas centrales del día, que es cuándo más calor hace. En caso de que quieras salir a pasear con tu bebé hazlo a primera hora de la mañana o última de la tarde.
  4. Realiza actividades tranquilas con tus hijos evitando realizarlas al aire libre y el deporte si hace mucho calor.
  5. Utiliza ropa que no abrigue en exceso, ligera y transpirable como el algodón y el lino, evitando los colores oscuros.
  6. Se pueden emplear ventiladores y aires acondicionados para refrescarse.
  7. Bajo ningún concepto debes dejar a un niño en un coche encerrado mientras realizas un recado, aunque dejes las ventanas abiertas.

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