Ana Julia podría ser condenada a prisión permanente por matar a Gabriel Cruz

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20/09/2019 - 09:16
Ana Julia

Lectura fácil

El jurado popular que ha juzgado a Ana Julia Quezada no ve ensañamiento en la muerte de Gabriel Cruz, pero sí alevosía. De manera unánime, ve probado que la acusada mató al niño de ocho años de forma intencionada y súbita. Este asesinato abre la puerta a una condena a prisión permanente revisable.

El jurado no cree que la asesina estuviera bajo los efectos de la medicación ansiolítica

Queda en evidencia que el jurado se acoge a las tesis de la Fiscalía y no de la acusación particular. También la declara culpable de las lesiones psíquicas causadas a los padres, al igual que daños morales. En el caso concreto de la madre, considera que fue vejada, humillada y vilipendiada de forma deliberada.

En relación a los dos delitos de lesiones psíquicas, la Fiscalía solicita penas individuales de 5 años de cárcel. Asimismo, el jurado no considera probado que Ana Julia estuviera bajo los efectos de medicación ansiolítica que la llevara a ocultar el crimen del niño hasta su detención.

Durante la lectura del veredicto, que ha sido leído con Quezada en la sala, la acusada se ha mostrado tranquila y no ha soltado ni una lágrima. La defensa pedía 15 años por homicidio imprudente, pero la acusación por asesinato implica la prisión permanente revisable.

Ana Julia taponó los orificios respiratorios a Gabriel hasta provocarle la muerte

En presencia de Ángel Cruz y Patricia Ramírez, padres del menor, y en audiencia pública, las siete mujeres y dos hombres que integran el jurado han considerado probado por unanimidad que, de acuerdo con los forenses del Instituto de Medicina Legal (IML) que practicaron la autopsia, «tras el impacto» la acusada «procedió con sus propias manos» a la oclusión de los orificios respiratorios «con fuerza, hasta vencer su resistencia y provocar su fallecimiento» por asfixia mecánica por sofocación, según informa Ep.

El jurado popular ha descartado que Ana Julia Quezada le diera «golpes, dejándolo aturdido» entre 45 y 90 minutos para después «taparle la boca y la nariz hasta llevarle a la muerte».

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