México frente a una crisis hídrica sin precedentes

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23/09/2025 - 10:01
La crisis hídrica en México

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México atraviesa una etapa de crisis hídrica importante. La sequía prolongada que afecta principalmente al norte y centro del país ha puesto de manifiesto la fragilidad de la infraestructura disponible, mientras que el crecimiento poblacional y la expansión de sectores industriales están incrementando la presión sobre el sistema de abastecimiento. A todo esto se suma un acceso desigual al agua, lo que plantea un reto urgente tanto para el sector público como para la iniciativa privada.

En este escenario, la respuesta nacional pasa por fortalecer la infraestructura existente, garantizar la calidad del suministro y promover un uso más racional del recurso. El Estado mexicano está impulsando un plan integral, mientras que el sector empresarial debe apostar por tecnologías innovadoras que permitan una gestión más eficiente.

El Plan Nacional Hídrico 2024-2030

Consciente de la magnitud del desafío que presenta la crisis hídrica del país, el Gobierno de México lanzó el Plan Nacional Hídrico 2024-2030, una estrategia que busca modernizar las redes de abastecimiento, promover el saneamiento de los cuerpos de agua y ampliar la cooperación con empresas especializadas, tanto nacionales como internacionales.

Este plan se concibe como una hoja de ruta que articula esfuerzos entre los tres niveles de gobierno y los sectores productivos, y pone especial atención en la atención a la población, la tecnificación del riego agrícola y la eficiencia en el consumo de agua. El objetivo central es asegurar la disponibilidad del recurso en tres ámbitos estratégicos: consumo humano, agricultura e industria.

La estrategia hídrica contempla múltiples proyectos a lo largo del territorio nacional. Entre los ejes principales se encuentran:

  • Fortalecimiento de la infraestructura hídrica, con nuevas obras y rehabilitación de sistemas de distribución.
  • Saneamiento de ríos y cuerpos de agua, orientado a mejorar la calidad del recurso.
  • Tecnificación del riego agrícola, con el fin de optimizar el consumo en un sector que concentra gran parte de la demanda.
  • Mayor eficiencia en el uso del agua en zonas urbanas e industriales.

Históricamente, muchos proyectos se desarrollaron bajo esquemas BOT (Build-Operate-Transfer). No obstante, la administración actual parece orientarse hacia modelos EPC (Engineering, Procurement and Construction), que implican una mayor participación directa del Estado y menor dependencia de concesiones de largo plazo.

A pesar de este cambio, las limitaciones presupuestarias hacen prever que en obras de gran envergadura, como desalinizadoras, siga existiendo espacio para la colaboración con el sector privado en la construcción y, en ciertos casos, en la operación.

Nuevas oportunidades de negocio que solventarían la crisis hídrica

Aunque la crisis hídrica representa un desafío considerable, también abre la puerta a oportunidades de inversión y cooperación tecnológica. México necesita soluciones avanzadas, y empresas extranjeras, particularmente españolas, cuentan con un historial de participación en proyectos de ingeniería y gestión de agua en el país.

Las áreas con mayor potencial incluyen:

1. Desarrollo y mantenimiento de infraestructura: El mantenimiento adecuado resulta esencial para prevenir fugas, mejorar la seguridad hídrica y prolongar la vida útil de las obras existentes. Aquí se abre un campo relevante para empresas con experiencia en ingeniería, servicios técnicos y monitoreo especializado.

2. Digitalización y control inteligente: El uso de sensores, medidores en tiempo real, inteligencia artificial y tecnologías de internet de las cosas permite reducir pérdidas y mejorar la gestión del recurso. Sectores intensivos en agua, como la minería, la industria automotriz y la manufactura, lideran la adopción de estas innovaciones.

3. Reúso del agua: Si bien el reúso para consumo humano todavía no está permitido, esta práctica avanza con fuerza en el ámbito agrícola e industrial. Regiones como Puebla, Querétaro y León (Guanajuato) destacan por el impulso a proyectos de reutilización apoyados en marcos regulatorios más flexibles y experiencias exitosas que fortalecen su aceptación.

4. Suministro de bienes de equipo: Existe una demanda sostenida de componentes y equipos especializados para la captación, almacenamiento, tratamiento y distribución del agua. La importación de tecnología avanzada representa una ventana de oportunidad clara para solventar la crisis hídrica.

5. Plantas de desalación: En México operan actualmente unas 15 plantas desaladoras, principalmente privadas y destinadas al ámbito agrícola e industrial. No obstante, estados como Baja California Sur, Baja California y Sonora ya impulsan nuevos proyectos, lo que abre un espacio de colaboración para empresas con experiencia en este tipo de infraestructura.

Perspectivas y acceso al mercado

La modernización del sistema hídrico mexicano requiere tanto de inversión pública como de alianzas estratégicas con compañías extranjeras. España, con su amplia experiencia en gestión del agua y proyectos de infraestructura, se posiciona como un socio clave en esta transformación.

Para las empresas interesadas en participar en el sector, resulta fundamental conocer el marco regulatorio, las modalidades de contratación que se privilegian y los incentivos vigentes. En este sentido, documentos especializados como la ficha-sector “Proyectos de infraestructura hidráulica en México 2025” ofrecen información detallada sobre las condiciones de acceso y las oportunidades de negocio.

México enfrenta una crisis hídrica que exige respuestas rápidas y sostenibles. La combinación de sequías prolongadas, presión demográfica y una infraestructura deficiente exige soluciones de gran alcance. El Plan Nacional Hídrico 2024-2030 marca un punto de partida para reorganizar la estrategia nacional, pero su éxito dependerá de la capacidad del gobierno y del sector privado para trabajar juntos.

El panorama de la crisis hídrica es complejo, pero también lleno de posibilidades: la innovación tecnológica, el desarrollo de infraestructura, el reúso del agua y la desalación se perfilan como áreas clave para construir un futuro hídrico más seguro y sostenible en México.

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