Al menos el 10 % de las mujeres que han sido asesinadas por sus parejas o exparejas tenían discapacidad

Isabel Caballero Pérez, la coordinadora de la Fundación Cermi Mujeres, ha destacado que al menos el 10 % de las mujeres asesinadas por sus parejas o exparejas eran mujeres con discapacidad.

Además, muchas mujeres desarrollan discapacidad como consecuencia de la violencia ejercida por sus agresores. Estas preocupantes cifras se pusieron de manifiesto durante las jornadas "La transformación de la Justicia al servicio de las personas", específicamente en la mesa redonda titulada "Una justicia al alcance de todas las personas: accesibilidad y perspectiva de género", que tuvo lugar en el Centro de Estudios Jurídicos (CEJ) de Madrid.

Durante el evento, se analizaron los principales obstáculos y dificultades que enfrentan las mujeres con discapacidad al acceder a la Administración de Justicia desde diferentes perspectivas. También se discutieron las medidas que los profesionales están tomando para superar estos obstáculos.

Aparte de Isabel Caballero, participaron en la mesa redonda la directora general para el Servicio Público de Justicia, Àngels Garcia Vidal; la fiscal jefa de la Secretaría Técnica de la Fiscalía General del Estado, Ana Isabel García León; y el miembro de la Unidad de Capacitación y Supervisión del Ministerio Público de Costa Rica, Luis Humberto Villalobos Oviedo.

La violencia de género contra mujeres con discapacidad es una problemática preocupante y compleja que requiere atención y acciones específicas

La coordinadora de la Fundación Cermi Mujeres centró su discurso en las mujeres con discapacidad que sufren o han sufrido violencia de género, ya que considera que son las víctimas más afectadas y, lamentablemente, las más invisibilizadas. Por un lado, Caballero enfatizó la importancia de empoderar a estas mujeres, asegurándose de que conozcan sus derechos y brindándoles oportunidades de formación.

Por otro lado, hizo hincapié en la necesidad de establecer un sistema de justicia accesible en términos físicos, económicos, lingüísticos e informativos.

Finalmente, Caballero hizo un llamado al Consejo General del Poder Judicial para que todas las estadísticas se desglosen por discapacidad, con el fin de obtener una mejor comprensión de la violencia ejercida contra las mujeres con discapacidad.

Impactante realidad: Mujeres con discapacidad enfrentan riesgo mortal en manos de sus parejas o exparejas

El número de mujeres asesinadas no deja de crecer cada día. Si a eso le sumamos las que tienen discapacidad, es una manifestación alarmante y trágica de la violencia de género. Estas mujeres enfrentan desafíos y riesgos adicionales, lo que las coloca en una posición de mayor vulnerabilidad.

Es importante destacar que los casos de asesinato de mujeres con discapacidad a menudo pasan desapercibidos y reciben menos atención en comparación con otros casos de violencia de género. La invisibilidad de estos crímenes contribuye a la impunidad de los perpetradores y dificulta la búsqueda de justicia.

Las mujeres con discapacidad pueden encontrarse con barreras significativas al buscar ayuda y protección. La falta de accesibilidad física, comunicativa y emocional de los servicios de apoyo dificulta su acceso a recursos y la comunicación efectiva para denunciar la violencia que sufren.

Es importante reconocer que algunas mujeres con discapacidad dependen de otras personas para su cuidado diario, lo que las expone a un mayor control y abuso. Los agresores pueden aprovechar esta dependencia para ejercer un poder abusivo sobre ellas y perpetuar la violencia.

Abordar el asesinato de mujeres con discapacidad requiere un enfoque multidisciplinario. Es necesario que las instituciones gubernamentales, organizaciones de derechos humanos, defensores de la discapacidad y grupos feministas trabajen juntos para desarrollar políticas, programas y acciones concretas que aborden esta grave violación de los derechos humanos.

La lucha contra la violencia de género en mujeres con discapacidad requiere un enfoque inclusivo y una respuesta integral para garantizar la seguridad y el bienestar de todas las mujeres

1. Vulnerabilidad: Las mujeres con discapacidad enfrentan una mayor vulnerabilidad a sufrir violencia de género debido a la intersección de la discriminación de género y la discriminación por discapacidad. Esta combinación de factores aumenta su riesgo de sufrir abuso físico, sexual, psicológico y económico.
2. Barreras adicionales: a menudo enfrentan barreras adicionales para buscar ayuda y protección. Pueden tener dificultades para comunicarse, acceder a servicios y recursos, y enfrentar estereotipos negativos que desacreditan sus testimonios y experiencias.
3. Invisibilización: La violencia contra mujeres con discapacidad tiende a ser menos reconocida y denunciada, lo que conduce a una falta de datos precisos sobre la magnitud del problema. Esto puede resultar en una falta de atención y respuestas adecuadas por parte de los sistemas judiciales y de apoyo.
4. Dependencia y control: Algunas mujeres con discapacidad pueden depender de sus agresores para su cuidado y apoyo diario, lo que crea un mayor poder y control sobre ellas. Esto dificulta aún más su capacidad de escapar de situaciones abusivas.
5. Estereotipos y prejuicios: Los estereotipos de género y discapacidad pueden perpetuar la violencia y dificultar la identificación y el abordaje de casos de violencia de género. Estos estereotipos pueden influir en la forma en que se percibe y se responde a la violencia contra mujeres con discapacidad.
6. Acceso a la justicia y servicios: Las mujeres con discapacidad pueden encontrar obstáculos para acceder a la justicia y recibir apoyo adecuado. Las barreras pueden incluir falta de accesibilidad física, comunicacional y de información en los servicios de apoyo y en los procesos judiciales.
7. Empoderamiento y sensibilización: Es fundamental promover el empoderamiento de las mujeres con discapacidad, brindarles información sobre sus derechos, fomentar su participación en la toma de decisiones y sensibilizar a la sociedad sobre la violencia de género específica que enfrentan.
8. Acciones y políticas: Es necesario implementar políticas y acciones que aborden las necesidades particulares de las mujeres con discapacidad que sufren violencia de género. Esto implica la colaboración entre organismos gubernamentales, organizaciones de la sociedad civil y otros actores relevantes para garantizar la protección, el apoyo y la justicia para estas mujeres.